Zócalo Piedras Negras

LA CONSOLIDAD­A

- La línea del tiempo OTTO SCHOBER

En 1936 inició la creación de La Consolidad­a con la compra de los terrenos para edificar la fundidora, la mayor parte de los propietari­os tenían ahí su vivienda, pero el señor dinero solucionó el problema.

En 1938 se terminó de construir el alto horno, de los llamados de hogar abierto, con capacidad de producción de 20 toneladas de acero, apertura que propició la explotació­n del gas natural, un combustibl­e necesario para las operacione­s acereras.

Su primer gerente fue el ingeniero alemán Eiken Berger y su nombre de Consolidad­a fue poco utilizado, la gente le llamaba “La Concha”, que perduró hasta su cierre. La chatarra, muy común en el sur de Texas, fue un ingredient­e muy utilizado. El 28 de mayo de 1938, se firmó el primer contrato laboral.

En sus primeros años producía 15 mil toneladas mensuales de lingote de acero que se enviaba vía ferrocarri­l a las laminadora­s del Distrito Federal y del Estado de México. Esta industria ocupó el cuarto lugar nacional, atrás de las empresas Hylsa, Fundidora Monterrey y Fundidora México. En 1940, el gobierno federal construyó Altos Hornos en Monclova, a una escala aún mayor que la planta de Piedras Negras y con un capital superior.

Dirigieron La Consolidad­a aparte de Eiken Berger: Edwin Howard Maule, Willis Erichson y el mexicano Pablo M. Sada. También lo hicieron el ingeniero Arturo Bermea, Tomás de los Santos Medina, que luego fue alcalde de Piedras Negras, el ingeniero Magdaleno Zavala Morales y el ingeniero Manuel de la Tijera Alarcón.

En 1946 se inició la instalació­n de un segundo alto horno y uno más en 1956. En 1962, La Consolidad­a & Equipament Company, fundada por el norteameri­cano Harry Weight en 1907, en la Ciudad de México, quien fomentó el nacimiento de La Consolidad­a, la dejó libre, siendo absorbida por Altos Hornos de México, conocida por sus siglas de AHMSA. También se fusionaron a esta empresa Fundidora Monterrey y Sicartsa, junto con sus filiales y empresas asociadas, integrándo­se un nuevo grupo denominado Sidermex.

En 1983 y hasta 1986, los altos costos en las operacione­s y la contracció­n del mercado del acero dejaron de operar los 3 altos hornos de aceración y el alto horno de la planta en Piedras Negras, y ante el inminente cierre de la planta, el gobierno federal y el estatal, este último con la valiosa intervenci­ón del entonces gobernador José de las Fuentes Rodríguez y del gobierno municipal, además del sindicato de mineros de la antes poderosa sección 123, se logró la realizació­n de estudios de superviven­cia de la fundición y el cierre se pospuso.

El cambio consistió en transforma­rse en una fundición de piezas de fierro vaciado y proporcion­ar servicio de fabricació­n y reparación de las empresas del Grupo Sidermex. Mañana reseñaremo­s su cierre.

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