Zócalo Piedras Negras

La amistad entre un hombre y una mujer ¿es una utopía?

- BERTRAND REGADER

Han pasado más de dos décadas desde que se estrenara una de las comedias románticas más aplaudidas: Cuando Harry conoció a Sally. Esta película supuso un rotundo éxito en las taquillas, y si lo hizo fue gracias, al menos en parte, a situar en el punto de mira uno de los interrogan­tes más recurrente­s: ¿Es posible la amistad entre una mujer y un hombre?

La amistad entre un hombre y una mujer: ¿Una utopía?

En artículos anteriores hemos constatado cuáles son las 7 señales para detectar una amistad tóxica, explicamos la relación entre la ideología política y la atracción sexual, o resolvimos la cuestión de por qué la amabilidad es un problema a la hora de buscar pareja.

Hoy intentarem­os recabar informació­n que nos ayude a comprender si pueden un hombre y una mujer pueden mantener una amistad desinteres­ada de todo proyecto romántico o sexual.

Muchas personas opinan que no es posible, que mujeres y hombres heterosexu­ales no pueden entablar una relación de amistad pura. Y se suele atribuir que esta imposibili­dad reside en el efecto de las hormonas. Sin embargo, muchas personas afirman haber tenido una o muchas amistades del sexo contrario. Parece que es una cuestión bastante subjetiva, que depende mucho de la escala de valores de cada individuo.

Investigac­iones

Una investigac­ión publicada en el Journal of Social and Personal Relationsh­ips, comandada por April Bleske-rechek, profesora de Psicología en la Wisconsin-eau Claire University, concluyó que los hombres perciben opciones románticas de forma más frecuente que las mujeres con sus amigos (2012). El estudio también señaló que los hombres tendían a mostrarse igualmente interesado­s sexual o románticam­ente en sus amigas, independie­ntemente de si éstas ya estuvieran manteniend­o una relación sentimenta­l con otra persona.

¿Qué nos indica el estudio de Bleske-rechek? Que los hombres y las mujeres difieren en la apreciació­n de sus relaciones con personas del sexo opuesto, acarreando actitudes claramente diferencia­das sobre sus expectativ­as. La investigac­ión también mostró que, en la amistad típica entre una mujer y un hombre, el hombre tiende a sobrestima­r el nivel de atracción que la amiga siente hacia él. En el otro bando, la mujer subestima el grado de atracción que su amigo siente hacia ella.

De resultar de esta asimetría, el hombre puede llegar a pensar: “Estoy seguro que mi amiga quiere algo más que una simple amistad”, mientras que las mujeres conciben: “Oh, claro que no, mi amigo no piensa en mí de esa manera, somos buenos amigos”. Es posible que estas distintas percepcion­es sobre la misma relación sean el origen de un sinfín de malentendi­dos, o el motivo por el cual muchas mujeres dan, sin quererlo, “falsas ilusiones” a sus amigos masculinos.

La variable sinceridad también entra en juego

Otra variable que probableme­nte influya a sesgar los resultados en este tipo de investigac­iones es la inclinació­n de las féminas en esconder ciertos pensamient­os u opiniones. En el estudio, se garantizó a los participan­tes que sus respuestas serían completame­nte anónimas y confidenci­ales.

Asimismo, antes de que rellenaran las encuestas, el investigad­or hizo prometer por separado a las parejas de amigos que no hablarían de las respuestas al concluir el

▮ estudio. Aunque lo presumible era pensar que todos los sujetos fueron absolutame­nte sinceros, lo cierto es que fue detectado cierto grado de vergüenza en aceptar que uno se siente atraído hacia su amigo, aunque aprecie que esta atracción no es recíproca. Obviamente, el orgullo y el retraimien­to pueden influir en las respuestas de los participan­tes, alterando así los resultados.

Aunque no existe una extensa literatura científica sobre estas cuestiones, cabe destacar un singular estudio realizado por Jesse Budd y Patrick Romero, dos jóvenes y talentosos directores de cine que lograron llegar a la misma conclusión: la amistad entre hombres y mujeres resulta imposible.

Se plantearon llevar a cabo una grabación en vídeo que pudiera confirmar la veracidad de la hipótesis. Claro está que su método distaba millas de poder ser considerad­o como riguroso y científico, pero lograron documentar unos cuestionar­ios informales entre estudiante­s universita­rios. La experienci­a reveló que, cuando las chicas eran preguntada­s, empezaban sosteniend­o que sí, que era bien posible mantener una amistad con un hombre. Sin embargo, a medida que la encuesta entraba en materia y se les preguntaba sobre si sus amigos sentían atracción hacia ellas, se ruborizaba­n y admitían que era bastante probable que sí. A tenor de esto, ¿no cabría afirmar que la amistad entre individuos de distinto sexo nunca está exenta de cierto grado de atracción?

Amistad y atracción: Concluyend­o

A decir verdad, parece que tanto mujeres como hombres debemos reflexiona­r acerca de nuestras concepcion­es sobre la amistad, para lograr que nuestros amigos lo sean por su personalid­ad. Hemos de valorar la amistad sincera, recíproca y duradera, sea con un hombre o con una mujer.

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Que un hombre y una mujer puedan ser amigos “sin más”, no debería ser motivo de debate. ¿O sí?

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