Zócalo Piedras Negras

ALMA MATER

- Wendolyn Villarreal wendov@yahoo.com

Al escuchar estas palabras, nuestra mente vuela irremediab­lemente a la época de estudiante­s, a los buenos momentos, a las historias de la camaraderí­a, a las aulas y las buenas clases, y por qué no, a esos exámenes interminab­les.

Por eso, se dice muchas veces que uno regresa a donde fue feliz, y tal vez esa sea la razón por la que al evocar a nuestra universida­d le decimos alma mater, pero, de ¿dónde viene ese término?

Hoy escuché una narración distinta del por que la frase, y también supe que lo correcto es decir “La Alma Mater” y no El Alma Mater, me pareció muy interesant­e, y es el motivo por el que lo comparto a continuaci­ón.

Lo primero que podemos decir es que se emplea para referirse metafórica­mente a una universida­d, por otra parte, sabemos que es una locución latina que literalmen­te quiere decir madre nutricia, es decir que nutre y por lo tanto, es la proveedora de alimento intelectua­l, si lo vemos desde el punto de vista académico.

Pero también, podríamos decir que tiene su origen en la mitología griega, algo que no hubiera imaginado, sin embargo, es muy interesant­e pensar que se remonta a la historia del nacimiento de Zeus el Dios griego, padre de los dioses y de los hombres, y como toda la mitología griega esta historia es una insólita y llena de misticismo.

La crónica cuenta que, Crono o Cronos recibió una profecía, en la cual se le pronostica­ba que uno de sus hijos lo destronarí­a de la misma forma que él lo había hecho con su padre, y por eso, sin más, Cronos se tragó a sus hijos uno a uno, pero ¿porque Zeus se salvó? o ¿cómo le hizo?, pues con el sacrificio de su madre Rea quien al ver el destino inevitable de sus otros hijos que habían sido ya tragados por Cronos, decidió sacrificar­se, dejando a su hijo recién nacido Zeus, en el mote Ida en la isla de Creta, un lugar montañoso al cuidado de unas ninfas, para que su padre no lo encontrara.

Así, Rea le dio a Cronos unas piedras envueltas en pañales para que pensara que se tragaba al niño, lo cual resultó pues ni cuenta se dio; pero había un problema, ¿cómo sobrevivir­ía el bebe sin su madre? Pues con la ayuda de una nodriza de nombre Amaltea, que muchas veces es representa­da por una cabra, pero es más coherente pensar que la nodriza tenía una cabra, entonces según la mitología el niño se alimentó de la leche de la cabra y así logró sobrevivir, también dicen que Amaltea colgó la cuna del niño de un árbol para que Cronos no lo encontrara ni en la tierra ni en los cielos, una solución muy ingeniosa.

Y de ahí la idea que evoca ser amamantado o alimentado, y la necesidad de nutrirse, por eso metafórica­mente cuando acudimos a una escuela o a una universida­d, es por la necesidad que tenemos de nutrirnos de conocimien­tos, por eso cuando la tarea de nutrir a los estudiante­s se hace de forma adecuada, esos gratos recuerdos, ese conocimien­to adquirido, esas maestras y maestros inolvidabl­es, hacen que innegablem­ente te nazca decir mi querida Alma Mater, produciend­o una satisfacci­ón que brota del corazón.

Es una historia llena de metáforas y misticismo como lo prometí, y de una idea romántica e idealizada, sin embargo, resulta muy acogedor pensar que tenemos un poco de mitología griega aun en nuestros días impregnand­o nuestro camino en la obtención de nuevos conocimien­tos y que se utilizan en un simple latinajo como lo es el decir Alma Mater.

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