Traen a Saltillo a El Cascanueces
Diciembre llegó y con él la promesa de regalos bajo el pino de Navidad, pero también El Cascanueces, el cuento eterno que E.T.A Hoffman escribió y fue adaptado al ballet por Marius Petipa y Piotr Chaikovski, un espectáculo que ha nutrido los sueños de generaciones gracias a su belleza, como la que demostró ayer el Saint Petersburg Classic Ballet Theatre.
El Paraninfo del Ateneo Fuente se convirtió en la cálida casa donde sucede la mágica historia protagonizada por Clara (Natalia Romanova), quien durante una fiesta navideña baila alrededor del pino decorado por esferas y el calor de la chimenea, acompañada por el resto de los bailarines del elenco, con sus coloridos trajes y gráciles movimientos.
La música de Chaikovski llevó al público a esa fantástica mansión rusa en la que la llegada de un mago vestido de negro y plata, como si su ropaje fuera la noche, trastocó la felicidad de los bailarines con juguetes que cobraron vida en dinámicos saltos por toda el retablo.
Vestidos azules y trajes oscuros, así como largas telas rosas y mallas blancas giraron y volaron por el escenario en vívido festejo hasta que el cansancio venció a Clara, quien fue a dormir con su regalo: un cascanueces (Evgeny Silakov), un soldado que la protegerá en sueños del malvado Rey Ratón.
Dirigido por Marina Medvestkaya, el Saint Petersburg Classic Ballet Theatre ofreció una colorida muestra del talento eslavo para la danza.