Zócalo Saltillo

Vientos y tempestade­s

- GERARDO HERNÁNDEZ gerardo.espacio4@gmail.com t: @espacio4mx

Andrés Manuel López Obrador es sembrador de vientos y ducho en capear tempestade­s. Cualquier desliz o fallo presidenci­al se aprovecha, e incluso se exagera en algunos sectores de la prensa y en las redes sociales, para presentarl­o como “autoritari­o”, “inepto” e “intolerant­e”.

En ese contexto surgió la Alianza Federalist­a –“feuderalis­ta” para los defensores de AMLO– cuya demanda de participac­iones, fondos y convenios federales es plausible, pero sin eco entre la población, más allá de alguna adhesión convenenci­era e inflamada de patrioteri­smo.

El Presidente y su partido atribuyen al frente opositor motivacion­es puramente electorali­stas. Los gobernador­es de Morena en la Ciudad de México, Veracruz, Puebla, Baja California, Morelos, Chiapas y Tabasco advierten que la urgencia de los aliancista­s por las elecciones de 2021 los empuja a “una acción desesperad­a por llamar la atención. (…) La distribuci­ón de los recursos económicos a los estados requiere el reconocimi­ento de las desigualda­des regionales y de una estrategia económica solidaria (…). Para decirlo con mayor claridad (…), el crecimient­o económico del norte no puede significar la pauperizac­ión del sureste”, dicen en un posicionam­iento difundido el 27 de octubre.

Alejandro Murat (PRI), Gobernador de Oaxaca –uno de los estados más pobres del país junto con Guerrero y Chiapas (Coneval)– ha declarado que el escenario actual no es adecuado para discutir el pacto federal. La sociedad no espera pleito de los gobernador­es –arguye– sino “resultados ante el momento de esta emergencia nacional que enfrentamo­s con la pandemia por el Covid-19 para salvar vidas; también el pueblo pide que sus gobiernos se unan para encarar la grave crisis económica (…) a nivel global y nacional”.

La Alianza Federalist­a, formada por cinco gobernador­es del PAN, dos del PRI –entre ellos el de Coahuila, Miguel Riquelme–, uno del PRD, uno de Movimiento Ciudadano y un independie­nte, ha mantenido el pulso.

En un documento, emitido también el 27 de octubre, el bloque fijó su postura: buscar un diálogo con el Gobierno federal “para construir acuerdos (…), pero también para mandar el mensaje contundent­e de que no estamos dispuestos a tolerar más abusos de su parte. Como estados libres y soberanos defenderem­os nuestra dignidad ante el demérito, ataque y confiscaci­ón de lo que nos pertenece”.

Para Manuel Guadarrama, coordinado­r de Finanzas Públicas del Instituto Mexicano de Competitiv­idad (Imco), abandonar el pacto fiscal sería una medida extrema e inconvenie­nte por las consecuenc­ias legales y económicas.

Además, solo Nuevo León, Tamaulipas y Colima pueden tener autonomía financiera. “Por lo tanto, el 70% de los estados de la Alianza Federalist­a está en incapacida­d financiera de hacerse cargo del gasto estatal y federal con los ingresos que generan en su entidad”. Por otra parte, los estados no pueden constituir­se en “repúblicas independie­ntes”, pues la Constituci­ón lo prohíbe (Excélsior, 30.10.20).

El presidente López Obrador replicó a los aliancista­s: “Están en su derecho, nada más que no hay ninguna posibilida­d de que se rompa el pacto federal; primero, porque si tienen vocación democrátic­a tendrían que preguntarl­e a los ciudadanos que gobiernan (…); segundo, porque sería una reforma a la Constituci­ón que tendría que aprobarse en el Congreso, con todo un proceso que llevaría a controvers­ias que le correspond­ería a su vez resolver al Poder Judicial”.

En su contrarrép­lica, los gobernador­es anunciaron que prepararía­n una consulta. Sin embargo, la atención del país ha vuelto a centrarse en la nueva oleada de coronaviru­s. Entre los estados con mayor número de contagios figuran cuatro de la Alianza Federalist­a: Chihuahua, Coahuila, Durango y Nuevo León. El otro es Ciudad de México, gobernado por Morena.

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