Zócalo Saltillo

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zla dirección del legendario director Stanley Kubrick en la mítica La Naranja Mecánica, en un papel menor. Pero eso le permitió que George Lucas se le acercara y le propusiera dos papeles que tenía en un proyecto en el que estaba trabajando.

Esos personajes necesitaba­n algo que solo Prowse podía brindar: tamaño. Ya que el primero era un monstruo peludo llamado Chewbacca y el segundo el temible Lord Vader.

Prowse lo recuerda en entrevista con la BBC: “Lucas vino y me dijo ‘tienes la opción de hacer dos personajes en la película. Está el personaje llamado Chewbacca, que es un oso de peluche gigante, o el villano de la película’. Y pensé, es una elección muy fácil. Muchas gracias, me quedo con el villano”.

Y aunque la terrible máquina Sith fue su papel más icónico fue también uno de los más amargos, ya que durante la grabación el marcado acento inglés y rural de Prowse no encajaba con la visión que Lucas tenía para Lord Vader: una voz

años tenía oscura y profunda, igual que el universo en el que se desarrolla­ba su épica espacial. Por eso la cambió por la de James Earl Jones, quien reconoció que Prowse era el verdadero Darth Vader: “Soy un simple efecto especial. George admitió hace poco que, cuando vio a David Prowse, creyó tener a su Darth Vader. El tío medía dos metros”.

Y aunque el fisicocult­urista prestó su cuerpo en la trilogía original de la space opera más conocida de la historia, su cara fue también borrada de esta. Ya que en el momento culminante de El Retorno del Jedi, cuando Vader se quita su máscara, el rostro herido y demacrado era el del actor Sebastian Shaw.

Todo ello tiene resonancia­s, también, en el trato que el director de Star Wars, tenía con el gigante. Ya que se apunta a que gracias a que Prowse reveló algunos detalles de la película, la relación con Lucas se fracturó.

Despedidas

Si bien Prowse es conocido por ser la encarnació­n del mal, el

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