Escarban con literatura en las heridas sociales
Continúa el Seminario de Literatura Francisco José Amparán sus pláticas mensuales
¿Qué tanto cruza el entorno social en la que se desenvuelve un escritor por su obra?, en una sociedad como la actual en la que temas como la violencia contra la mujer, el racismo, el clasismo y la individualidad son señalados cada vez más, ¿la literatura debería de servir como un medio más para esa denuncia? Estas fueron algunas de las preguntas que respondieron tres jóvenes escritores el sábado en Tribal, la charla más reciente del Seminario de Literatura Francisco José Amparán.
En esta ocasión, el evento auspiciado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), que busca entablar un lazo comunicante entre colectivos literarios mexicanos contó con Fernanda Reinert, miembro del Seminario Amparán; Merari
Lugo, poeta del taller Atrasalante y Caleb Solórzano, narrador del colectivo leonense Mar de Nombres, y la moderación de Julián Herbert.
Para Lugo, el momento actual puede resumirse en una palabra “incertidumbre”, ya que como apuntó “estamos viviendo en un momento muy específico que es esta transición de pandemia, que ha traído una añadidura de incertidumbre y que sí impactó de muchas maneras sobre qué se escribe, cuándo se escribe y cómo se escribe”. Esto porque, según agregó Lugo, las vidas íntimas de todos se han visto invadidas por la información del Covid-19 “nos ha puesto en contacto con la vulnerabilidad” y eso ha cambiado los temas y formas sobre los que escribe su generación, aunque también agrega “que es algo que aún se está gestando”.
Otro de los temas que se abordaron dentro de la plática fue la cuestión económica, literaria y social que los autores de esta generación –ninguno de ellos es mayor de 35 años– ven en el oficio de la escritura y cómo la abordaban.
En el caso de Solórzano su trabajo le da mucho tiempo libre que utiliza para leer. En cambio Lugo aborda, desde su trabajo como siquiatra el lenguaje poético, algo que le permite hacer, a la vez, una denuncia de la poca visibilidad que las mujeres tienen en la ciencia.
Aunque también señaló que su literatura es “un acto de resistencia y que lo ha sido siempre, pero ha tomado diferentes significados a través del tiempo y ahora en este momento estamos escribiendo para ver qué significado tiene nuestra generación en este sitio”. De esta forma su trabajo ha cambiado a que su espacio “de mi intimidad era la intimidad de muchos”, así la escritura actual quizá “está cambiando por esas realidades individuales que está viviendo cada quien”.