Finanzas personales: ¿disciplina o reto?
La organización de las finanzas personales es un reto que requiere de paciencia, tiempo y metodología. Este reto se convierte en un programa sistemático el cual estamos obligados, cuyo objetivo no es más que tener una economía familiar sana. Estas finanzas refieren cómo las personas o familias administran sus recursos durante un periodo determinado. En una fórmula simple figuran las variables de los ingresos y los gastos, sin embargo, se recomienda hacer uso de herramientas adicionales para optimizar el manejo de los recursos, como la planeación.
En el proceso de determinar objetivos y metas, estos deben ser coherentes, realistas y alcanzables y, desde luego, contemplar la evaluación del riesgo. Un riesgo es un parámetro que se puede y se debe minimizar, pero nunca se puede despreciar, es un factor aleatorio, difícil de medir y de controlar, pero es fundamental al planear nuestras expectativas financieras. En la actualidad, la contingencia sanitaria y las medidas adoptadas, dejaron afectaciones económicas que provocaron una modificación agresiva en las prioridades de las finanzas personales, colocando al ahorro y la previsión como principales.
Estos fondos de emergencia ayudan a mitigar contingencias y se recomienda contar con un fondo mínimo de seis meses de los gastos fijos, no obstante es necesario construir un presupuesto global pues la planeación permitirá proyectar ingresos y gastos, contemplar entradas de efectivo adicionales, así como contar con un plan de optimización de flujos de efectivo.
Si bien ahorrar no es suficiente para cumplir las metas u objetivos, es una variable en la fórmula de la inversión, ya que existen mercados financieros que están llenos de oportunidades para dinamizar los ahorros para preservar el poder adquisitivo de nuestros patrimonios en el tiempo.
Por otra parte, el exceso de deuda personal se vuelve una carga que impide cumplir los objetivos, pues se limita la capacidad de acción en la toma de decisiones financieras. Salir de las deudas personales es uno de los primeros objetivos y podemos eliminar la deuda que nos suponga un cargo mensual más pequeño, ordenar las deudas según la mayor tensión sicológica que nos produzcan u categorizar las deudas según el tipo de interés y eliminar las que pagan una mayor tasa de interés. En cualquier caso, se debe considerar las deudas y preferencias de pago, determinando la mejor estrategia para la cancelación de la deuda.
Los medios para conseguir nuestros objetivos se pueden agrupar en medios financieros de activo y pasivo y de ingresos y gastos. Según expertos, hay medios de inversión que están destinados a proporcionar una rentabilidad en el tiempo, a costa de asumir riesgos, entre ellos los productos financieros, el financiamiento, los préstamos y los créditos. En los de ingreso se reporta un flujo de dinero sin haber realizado una inversión previamente, como los ingresos por nuestro trabajo y aquellas actividades que nos generen ingresos. Mientras que los de gasto son aquellos procesos cotidianos que nos obligan a realizar un desembolso de dinero, son imprescindibles y para conseguir nuestros objetivos se requiere un flujo continuo de gasto.
Expertos sugieren invertir excedentes según el perfil de riesgo que se desea y diversificar los ingresos, aunque siga siendo la premisa los riesgos en el portafolio para lograr alcanzar mejores rendimientos en el mediano plazo. En algunos casos se diseñan estrategias de inversión ideales para momentos de alta volatilidad, pero sin duda la disciplina del ahorro sistemático, junto con el interés compuesto, ayudan a minimizar los efectos de las volatilidades y fluctuaciones en los mercados financieros.
Para mantener una planeación financiera debidamente establecida, esta debe ser coherente y organizada, se deben erradicar malos hábitos y sobre todo la mentalidad que tenemos frente al dinero, pues la solución a estos problemas no está en el dinero en sí mismo, sino en cómo nos aproximamos y qué conocimientos tenemos acerca de él.
Tener una economía familiar en orden, será fundamental para crecer patrimonialmente de una manera consistente en el largo plazo. Por ello, es necesario realizar un análisis de las finanzas personales, establecer un plan de trabajo y rediseñar aquello que está absorbiendo el flujo de efectivo. Existen mecanismos de inversión y capitalización de flujos que pueden hacer que esos activos fluctúen de manera importante y así pasar de ser un ahorrador a inversionista con grandes estrategias sólidas.