Los problemas que se conocían desde 2015
Mal diseño de las curvas
Se pensaba que el diseño de las curvas en la Línea 12 del Metro ocasionaba que bajara su velocidad. Sin embargo, el estudio de una Comisión Especial de la Cámara de Diputados encontró problemas más graves.
“En la curva, la diferencia de rieles interior y exterior es significativa, causando que las ruedas mancomunadas no compensen la diferencia de velocidad, provocando que las ruedas exteriores se deslicen sobre el riel exterior, generando así fuertes vibraciones y desgastes mayores en los rieles”, dicta el reporte.
Mala calidad de materiales
La misma Comisión encargada, señaló que los materiales y los componentes de la Línea 12, “de milagro” cumplían con los estándares internacionales.
“Los diferentes componentes de la vía (rieles, durmientes, sistema de fijación) tomados individualmente, están conformes a las normas internacionales”, se lee en el estudio, pero líneas abajo, sentencia:
“se encuentran en los límites tolerantes permitidos por las normas”.
En la página 26 señalan que “la deficiente compatibilidad” entre los materiales provoca el deterioro de la vía. Lo alarmante se encuentra más abajo, pues los especialistas admiten que no soportan la energía del transporte colectivo.
Endeble infraestructura
La Comisión para revisar la Línea 12 del Metro ponía el enfoque en la infraestructura civil. A pesar de que señalaban que no presentaba riesgos por el paso de los trenes, sí desataba la preocupación el estado en el que se encontraba… y más aún que se estaba estrenando.
“El estado de las infraestructuras es alarmante a causa del número de desórdenes comprobados y de su velocidad de aparición y de evolución considerando que la Línea inició su explotación hace menos de dos años”, fueron las palabras de especialistas.
Pésima planeación
Más abajo en el documento, que también tiene preocupantes conclusiones sobre el uso de los recursos financieros, señalan la principal de todas las causas: la mala planeación.
Comentan que hubo fallas en las simulaciones, en los ensayos y en toda la experiencia: “Las fallas no se debieron a una falta de mantenimiento, sino a defectos de concepción en el proyecto y una gestión incompleta de la interfaz entre el diseño de los trenes y las vías”, señalan en la página 68 de este documento fechado en 2015.