‘Necesitamos lo sobrenatural, potencia la vida que vivimos’
Enfrenta Juan Pablo Castañeda al terror en su nueva película
Para el actor Juan Pablo Castañeda México es un país “profundamente católico”, pero que también tiene una relación cercana con sus historias, una nación que “vive de los mitos”. Eso no es de extrañar si recordamos la intrínseca mezcla entre vida y muerte que rodea muchas tradiciones mexicanas como el Día de Muertos, pero no hay que ser tan específicos, sino simplemente mirar a un hecho común para todo el mundo: el deleite del terror.
Sentir la piel erizada, un vago escalofrío recorriendo la columna y una respiración agitada es algo que todos han sentido en algún momento, ya sea por las historias de fantasmas que se cuentan en la sobremesa de la cena familiar o, claro, por películas de terror como El Exorcismo de Carmen Farías, filme que se estrena hoy, y en la que participa Castañeda.
En esta Carmen (Camila Sodi), hereda un viejo caserón que perteneció a su abuela. Así, la periodista comienza una investigación sobre las raíces de su familia que la sume, cada vez más, en una espiral de horror y caos que tiene el inicio en los viejos rituales que practicaba su abuela. Por otra parte, Castañeda interpreta a Julio, pareja de Carmen, quien se debate entre la fe y la razón: ¿creer o no creer?
“El terror es un género complicado y difícil de realizar en muchas cosas, como los efectos especiales y otros que van de la mano. En este caso mi proceso ha sido jugar y explorar un poco lo desconocido, porque la película toca muchos elementos sobrenaturales, cosas que para los seres humanos son totalmente, eso, desconocidas.
“El abordaje de mi personaje fue un poco desde ahí: la intriga, la incertidumbre y especialmente desde la pregunta de creer o no creer en esas cosas. Desde ahí construí las intenciones de mi personaje y poder ver, desde ahí, lo que mirarán sus ojos y lo que terminará pensando: ¿realmente creerá en esto, se asustará? Mi personaje parte desde muchas preguntas y cuestionamientos sobre las posesiones, los demonios y todos los fenómenos paranormales que suceden en la película”, apuntó el actor de The Rommanofs a Zócalo en entrevista.
Cercanía cultural
En la producción, dirigida por Rodrigio Fiallega, se suma el también actor Juan Carlos Colombo, quien da vida a un cura que acompaña a Carmen en su cruzada en contra del demonio que reina sobre la decadente casona en la que todo ocurre, un espacio real que más de una vez les provocó incomodidad al grupo, y que está localizada en Michoacán, tierra conocida por sus brujos y hechiceros.
Así, El Exorcismo de Carmen Farías se convierte también en una representación de dos pensamientos antagonistas pero complementarios del mexicano: la fe y la creencia sobrenatural que reina sobre la tierra y la cultura nacional.
“El tema cultural del país también tiene mucho que ver porque, por un lado, es profundamente católico y por el otro vive de los mitos. Creo que este tipo de películas funcionan porque los mexicanos creemos en los espíritus. Vivimos rodeados de estas historias que se muestran en este género, y esto está cerca de todos nosotros: a través de la boca de nuestros vecinos y familia, al platicar con amigos.
“Creo que otra de las cosas que nos ayudaron a catalizar y entrar en este universo de lo sobrenatural fue que grabamos en El Oro, un pueblo sumamente antiguo de Michoacán. En una vieja casona que nos llenó de terror y emociones fuertes”, explicó el también histrión de Club de Cuervos.
Resurgir del terror
Y esa misma cultura ha tenido su impacto en las producciones nacionales que cuenta con clásicos como Veneno para las Hadas y Hasta el Viento Tiene Miedo, del que quizá sea el mejor director de terror que ha dado el país, Carlos Enrique Taboada. Pero que poco a poco se fue relegando al género a un sitio menos visible en los cines ante la sobresaturación de comedias románticas.
Aún así, México ha visto un regreso del género con filmes como Vuelven, de Issa López; Belzebuth, de Emilio Portes o Somos lo que Hay, de Jorge Michel Grau, exploración de la que forma parte El Exorcismo de Carmen Farías. Películas necesarias para dos cosas: la industria, sí, pero también para nuestra imaginación, según apuntó Castañeda.
“Es vital para nosotros alimentar una parte de la fantasía, de la imaginación. Todo aquello que no comprendemos es parte de nosotros. Podemos llevar una vida relativamente normal, pero siempre hay otro lado que nos lleva a hacernos preguntas de lo desconocido, lo sobrenatural. Somos seres humanos, nuestro carácter siempre se muestra curioso hacia eso, porque lo necesitamos, eso potencia la vida que vivimos. Esos mitos, historias o leyendas son las que nos sostienen; son puertas de salida a un mundo más interesante y que nos aleja de un mundo que podría ser, sin esto, más aburrido.
“Estas películas sí hacen un poco de callo ante sucesos como la pandemia, por ejemplo. Creo que sí nos ayudan a enfrentar estos momentos, por eso creo que deberían hacerse más. Siento que México necesita explorar otros géneros para tener, realmente, una industria cinematográfica. Eso es vital”, concluyó el mexicano nacido en Japón.