Lo mata con proyectil de gas lacrimógeno
Fallece joven campesino a 15 días de ser agredido durante una protesta en Pachuca
Leobardo Hernández Regino, quien estaba hospitalizado tras haber sido golpeado en la cabeza con un proyectil de gas lacrimógeno lanzado por granaderos durante una manifestación en Palacio de Gobierno en Pachuca el pasado 1 de junio, falleció.
El joven de 29 años, habitante de la comunidad de Xuchitlán, municipio de San Salvador, perdió la vida la tarde del martes en el Hospital General de Pachuca por un paro cardiorrespiratorio.
Ante ello, decenas de pobladores arribaron alrededor de las 11:00 horas de ayer a Pachuca para realizar una marcha y exigir justicia por su muerte.
Con el féretro de Leobardo, los inconformes marcharon desde la Funeraria Ponce Molina hasta la puerta del Palacio de Gobierno de Hidalgo, mismo lugar donde fueron reprimidos por la Policía Estatal el pasado 1 de junio.
En la protesta se mostraron algunas pancartas con mensajes como: “Hermano Leobardo fuiste y serás un guerrero, diste tu vida por tu pueblo” y “Leobardo, nunca te olvidaremos, el pueblo te recordará por siempre”.
En el lugar se ofreció un minuto de silencio y se entonó el Himno Nacional mexicano en lengua hñähñu.
Posteriormente se realizó una caravana para llevar al cuerpo de Leobardo a su domicilio en Xuchitlán y ser sepultado.
A su vez, la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo informó que reclasificó el delito de lesiones, originalmente imputado a un policía estatal, a homicidio culposo.
La dependencia detalló que el agente responsable está vinculado a proceso, pero no encarcelado.
Sin embargo, cuenta con otras medidas cautelares como el dispositivo electrónico, prohibición de salir del país, presentación mensual en la Unidad de Medidas Cautelares, vigilancia, prohibición de acudir al trabajo y a domicilios de compañeros, y suspensión temporal del cargo.
El día de los hechos, por la bomba de gas lacrimógeno que impactó en su cráneo, Leobardo cayó de inmediato; su cuerpo quedó tendido mientras se desangraba, en tanto los policías dispersaban a los demás pobladores con uso de la fuerza.
“Mi sobrino falleció. Que el Gobierno asuma su responsabilidad por no querer atender (la protesta de los pobladores) ese día, si no, no estuviéramos aquí en este momento, y el Gobierno, ahora que dé la cara”, exigió Feliciana Hernández Ramírez, tía de Leobardo.
El gobernador Omar Fayad ha insistido en que la protesta tenía intereses políticos y el Gobierno del Estado afirmó a través de la Secretaría de Seguridad Pública que actuó en apego a la ley y en respuesta a presuntas agresiones de los campesinos, además de que sostuvo desde el inicio que Leobardo se encontraba estable, pero el dictamen médico emitido un día posterior a su ingreso al Hospital General de Pachuca revelaba que el pronóstico de vida era reservado y que, en caso de sobrevivir, tendría secuelas graves.