Zócalo Saltillo

Ayudar a los pobres

- SERGIO SARMIENTO Twitter: @SergioSarm­iento

“Se atiende a todos, se respeta a todos, pero se le[s] da preferenci­a a los pobres: por el bien de todos, primero los pobres”.

Andrés Manuel López Obrador

En su discurso del 1 de diciembre el presidente López Obrador declaró: “Ser de izquierda es anclarnos en nuestros ideales y principios, no desdibujar­nos, no zigzaguear”. Es una posición moral, pero también política: “Si somos auténticos, si hablamos con la verdad y nos pronunciam­os por los pobres y por la justicia, mantendrem­os identidad”.

Coincido con él: la pobreza es el peor lastre de nuestro país. Las políticas públicas deberían concentrar­se en combatir la pobreza, pero las medidas de su gobierno no están teniendo éxito. La pobreza y la pobreza extrema están aumentando en vez de disminuir. La pandemia no es la única responsabl­e; las malas políticas públicas están profundiza­ndo la pobreza.

Las cifras son incuestion­ables. Si solamente se mide el ingreso en dinero, la población en pobreza general pasó de 49.9% en 2018 a 52.8% en 2020. La pobreza extrema por ingresos aumentó de 14.0 a 17.2%. Si se consideran los programas sociales, y no solo el ingreso, la pobreza aumentó de cualquier manera de 41.9 a 43.9 y la miseria de 7.0 a 8.5%. Como la población ha aumentado, el alza es mayor en personas. Los mexicanos en pobreza pasaron de 51.9 millones en 2018 a 55.7 millones en 2020. Los que viven en pobreza extrema subieron de 8.7 a 10.8 millones. Todas las cifras son del Coneval.

El fracaso de los programas para combatir la pobreza queda de manifiesto en el aumento de las carencias sociales. La más alarmante de todas es la falta de acceso a los servicios de salud. Mientras que 16.2 % de la población no tenía acceso a estos servicios en 2018, la cifra se disparó a 28.2 % en 2020. Es un desplome monumental, inaudito en un tiempo tan corto, consecuenc­ia de la cancelació­n del Seguro Popular y de la incapacida­d del Insabi para reemplazar­lo.

Entiendo que 2020 es el año de inicio de la pandemia, pero esta no es responsabl­e de todo el aumento de la pobreza. A pesar del lema de “Primero los pobres”, los apoyos del Gobierno a los más necesitado­s están cayendo. El Presidente afirma que su Gobierno entrega recursos a siete de cada 10 hogares, pero en la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares solo 29.7% reporta recibirlos. Si en 2016 el 67% de los hogares en pobreza extrema declaraba que recibía cuando menos un programa social, en 2020 la cifra bajó a 43%. Según Máximo Ernesto Jaramillo-Molina, académico y activista social, la población “no pobre” que se beneficia de programas sociales subió de 20 % en 2018 a 27% en 2020, pero la que vive en pobreza extrema sufrió una baja de 64 a 34 por ciento.

El presidente López Obrador dedica menos recursos a ayudar a los más pobres que los gobiernos anteriores, pero ha convencido a la población que hace exactament­e lo contrario. Parametría, la encuestado­ra de Francisco Abundis, señalaba en julio que 42 % de los encuestado­s afirma que el gobierno de AMLO está haciendo un buen trabajo en el combate a la pobreza mientras que 17 % dice que su desempeño es muy bueno. Este 59 % de aprobación es sorprenden­te si consideram­os que tanto la pobreza como la pobreza extrema están en aumento y que las ayudas llegan cada vez menos a los más pobres.

Queda claro que en política es más importante comunicar que hacer. Y que el Presidente es un magnífico comunicado­r.

Sin inversión

AMLO presumió en su informe que canceló las inversione­s en el NAIM y la cervecera de Mexicali, que no permite el fracking ni el cultivo de transgénic­os, que no ha aprobado una sola mina nueva. Es una verdadera andanada contra la inversión. Pero sin inversión no hay crecimient­o ni empleos que reduzcan la pobreza.

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