Habitará casa de García Márquez una vida cultural
Los hijos del Nobel colombiano Gabriel García Márquez ya esbozan los planes para la apertura al público del domicilio donde vivió el escritor junto a su esposa, Mercedes Barcha, en el número 144 de la calle Fuego, en el Pedregal; un espacio que tendrá vocación cultural.
En una charla virtual organizada este jueves por la Casa Estudio Cien Años de Soledad, el cineasta Rodrigo García Barcha compartió a Juan Villoro un adelanto de la iniciativa, que definiría el destino de la biblioteca de su padre, fallecido en 2014; su madre, en 2020.
“Yo creo que (la biblioteca) se va a quedar ahí”, señaló. “Mi hermano (Gonzalo) y yo hemos hablado mucho de tratar de hacer de esa casa algo que sea visitable, algo que participe en la vida cultural, y espero que sea una casa hermana de la Casa Cien Años de Soledad”.
En este último inmueble que el escritor y su esposa rentaron en la década de los 60, ubicado en Calle de la Loma 19, en Lomas de San Angel Inn, el Nobel escribió su obra cumbre. Tras ser cedida por su propietaria, Laura Coudurier, a la Fundación
para las Letras Mexicana, abrió al público el año pasado con una vocación literaria.
Ante la iniciativa de abrir ahora la casa del Pedregal, el presidente de la FLM, Miguel Limón, refrendó todo su apoyo.
“Sí tomo muy en serio esa oferta que has mencionado de paso, y que estuvo presente en la conversación que tuvimos con Gonzalo, de que esta casa sea una casa hermana de la casa de Fuego (...) Vamos a encontrar muchas vetas de trabajo y de creatividad que se conviertan en oportunidades de vida, de recreación y de creación artística que puedan gozar las generaciones que vengan después de la nuestra”, dijo limón, quien también participó en la charla de García Barcha con Villoro.
Sobre la biblioteca de su padre, el cineasta ahondó en sus contenidos: refleja los gustos literarios, aunque el Nobel colombiano, aseguró, no tenía el fetichismo del libro como objeto; compraba ediciones baratas, pero hay algunos libros con dedicatorias de sus amigos.
Respecto a la cama de hospital alquilada donde murió el escritor, reveló, la familia decidió conservarla por consejo de su asistente Mónica Alonso para evitar que fuera un fetiche.