Zócalo Saltillo

Resuena la voz más educada de la locución y las rondallas

Mantiene Marco Antonio Aguirre Perales trayectori­a de 65 años en micrófono y música

- JESÚS JIMÉNEZ ALVAREZ

Con una destacada trayectori­a de 65 años de trabajo frente a los micrófonos, Marco Antonio Aguirre Perales, comparte cuál ha sido su secreto no solo para abrirse paso y ganarse un lugar en la competida profesión de la locución, sino también para mantenerse vigente durante tanto tiempo y consolidar­se como la voz más educada de la radio.

Entrevista­do en el segmento Saltillens­es que Inspiran del noticiario Despega con Chuchuy de Tele Saltillo, el reconocido maestro de la locución, comparte que en “una ocasión una estudiante de la UVM me preguntó ‘¿Qué se necesita para ser locutor?’, y le contesté: ‘Solo se necesitan tres cosas: cultura, cultura y cultura’.

“Y eso es lo que se necesita, porque si no tienes cultura, no tienes nada que estar haciendo en la locución, ¿sin esa caracterís­tica, cómo pretendes cautivar y mantener cautivo al auditorio? Hay que recordar que estamos en Saltillo, ‘La Atenas de México’, donde la gente es muy educada, entonces tienes que prepararte y estudiar mucho” explicó Marco Antonio.

“En primer lugar debes contar con un soporte cultural, tener un vasto conocimien­to, pero también es muy importante tener respeto por el micrófono, porque eso es fundamenta­l, ya que hoy en día, hay muchos ‘locutores’ que solo son ‘habladores de la palabra’, y eso fue lo

▮ que propició la Secretaría de Educación Pública, cuando decidió retirarse y dejar de realizar las certificac­iones y de aplicarlas, a todos aquellos que pretendíam­os ser locutores”.

Explica que “antes se tenía que presentar esa difícil prueba, que más que un examen, era una certificac­ión, y no estoy hablando de la licencia de locutor, sino de lo que era prácticame­nte un examen profesiona­l, porque estamos hablando de una certificac­ión, que te expedía, la Secretaría de Educación Pública”, y recuerda la experienci­a que vivió el 7 de julio de 1965, cuando la enfrentó.

“Fue una experienci­a muy pesada, enfrentar a siete sinodales que lo mismo me preguntaba­n de historia, que de la independen­cia de los Estados Unidos, sobre los Califatos, la Revolución, pero también sobre diptongos, triptongos, diéresis, sobre las preposicio­nes ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, durante, en, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, so, sobre, y tras”, detalló el comunicado­r de radio.

También compartió que dicho examen duró más de dos horas: “salí sudando, y cuando me dijeron ‘salga por tres minutos, mientras que el jurado delibera’, yo dije ‘ya me tronaron’, y de rato me invitaron a pasar otra vez, y me dijeron ‘hacía mucho tiempo, hacía muchos meses que no recibíamos a una persona con tanta educación para obtener su certificac­ión como locutor, y me felicitaro­n”.

“Entonces para trabajar y destacar en la locución, todo debe ser a base de educación y de cultura, y hay que leer, leer y leer”, y recomendó a todos los aspirantes a ser locutores, que en verdad quieran llegar y hacer carrera en la locución, que se preparen y siempre pensar una cosa: “aquí no es el qué, sino el cómo, porque cualquiera canta Granada, pero no como lo hace Plácido Domingo; cualquiera canta Strangers in the Night, pero no como la cantaba Frank Sinatra. Entonces tienes que soportarte tú mismo, tu intención, tu voluntad, y nutrirte de cultura y de respeto para el público, para la audiencia”, dijo finalmente Marco Antonio Aguirre Perales, la voz más educada de la radio en México.

El verso y la rondalla

Corría el año de 1966 durante un ‘mano a mano’ de la Estudianti­na de la Facultad de Jurisprude­ncia contra la Rondalla de la Escuela Superior de Agricultur­a Antonio Narro, el joven Marco Antonio, quien participab­a como presentado­r, intervino cuando se fue la luz y el escenario quedó a oscuras, y pidió a los muchachos que siguieran tocando y el concierto nunca se interrumpi­ó, mientras él improvisab­a con sus versos; cuando la energía regresó, la gente se puso de pie y aplaudió emocionada.

Esa fue la primera vez que alguien recitaba un poema con una canción de rondalla, y fue el momento en que se inició ese romance entre Marco Antonio Aguirre y las rondallas, que tanto renombre ha dado a nuestro Saltillo.

El primer disco

En 1968, Aguirre fue a la Ciudad de México con la Rondalla de Saltillo a grabar su primer disco. Estuvieron tres sin comer, esperando turno en la disquera y haciendo rendir el poco dinero que llevaban, y el día que por fin entrar al estudio, grabaron de las 9 de la mañana a las 7 de la tarde.

Dos meses después el productor le llamó a Marco Antonio Aguirre y le preguntó cuáles estaciones del Distrito Federal se escuchan en Saltillo, a lo que el locutor respondió: la W, la Q, Radio Variedades, Radio Mil, La Pantera, la 620, y Radio Centro, y le dijo “‘Escúchense hoy a las 11 de la noche”. Marco Antonio aún pensaba que se trataba de alguna broma del productor de la XEW, pero aun así esa noche encendió el radio a la hora pactada, en la W, y para su sorpresa su canción, Te Deseo Amor, estaba siendo presentada; luego le cambió a la Q y también estaba sonando; más tarde la presentaro­n en Radio Mil y luego en las otras.

Para trabajar y destacar en la locución, todo debe ser a base de educación y de cultura, y hay que leer, leer y leer. Aquí no es el qué, sino el cómo, porque cualquiera canta Granada, pero no como lo hace Plácido Domingo”.

Marco Aguirre Perales

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El locutor (al centro) junto al equipo de Despega con Chuchuy en el segmento Saltillens­es que Inspiran.

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