El fin de las mentiras
Esta semana ha sido crucial para el desmoronamiento de varios casos judiciales, que fueron impulsados para afectar a adversarios políticos de gobiernos de turno en la región latinoamericana. El denominado “Lawfare”, o la divulgación de temas legales en medios de comunicación para perjudicar a figuras prestantes, llegó a su techo en Brasil y Panamá.
Sergio Moro, el otrora ministro de justicia de Jair Bolsonaro, se encuentra en el ojo de la tormenta, al descubrirse información de que manipuló el caso “Lava Jato” a su conveniencia. Se supo en medios brasileños que buscó ganar fama con el encarcelamiento del expresidente Luis Inacio “Lula” da Silva y varios empresarios de conglomerados, por los supuestos sobornos a funcionarios públicos.
El diario digital “The Intercept” reveló la manipulación jurídico mediática de las investigaciones por parte de Moro, en lo que se
considera el ocaso del exjuez que se vendía como adalid de la supuesta lucha contra la corrupción. Qué raro que en Panamá, medios como La Prensa, TVN-2 o Medcom ni siquiera mencionen la caída del jurista carioca. ¿Será que ese puerco ya no da manteca?
Otro golpe a las campañas mediáticas de “Lawfare”, es el cambio de medida cautelar al expresidente panameño Ricardo Martinelli Berrocal, el cual salió de la cárcel de “El Renacer” y se le permitió regresar a su hogar, bajo la figura de detención domiciliaria. Fue la primera victoria de la defensa del exgobernante, quien lideró el país en el periodo 2009-2014.
El Tribunal del Juicio Oral determinó en su momento, que Martinelli cumplió más de un año en detención y como dice la ley, debía recibir un cambio de medida. Solo bastaba verle la cara a los “opiniólogos” de MOTTIN, al igual que la camarilla de periodistas vendidos de la 12 de octubre que adversan al “Loco”, para saber que tenían el ánimo por el suelo. Se les acabó el show.
Tanto Lula da Silva como Martinelli han sido víctimas del circulo de mentiras creadas por sus enemigos del sector empresarial, que no los quieren ver nuevamente en el poder. Claro, son líderes populistas con la opción de postularse al cargo presidencial en el futuro venidero. Los “Moros” y los “Saltarines” quedaron en ridículo, porque la verdad se supo al final: ambos expresidentes “son inocentes” y merecen la libertad.
Ojalá el “Buen Gobierno” de Nito Cortizo haga una limpieza en el Órgano Judicial y en la Avenida Perú. Es hora de terminar la persecución judicial contra opositores. Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigas y amigos...