Vejez: cuestión de salud pública
Entre los distintos factores considerados de riesgo para la salud pública se mencionan frecuentemente las enfermedades infecto-contagiosas, obesidad, problemas cardiacos entre otras; pero en nuestro país la vejez también es considerada como un problema de salud pública, no precisamente por el proceso de envejecer en sí pero por la alta tasa de abandono que existe la cual, aparte de ser una gran vejación en materia de derechos humanos representa una alta demanda a los servicios públicos de salud a los cuales muchas veces no tienen acceso o peor aún reciben un trato negligente producto de su edad, siendo esto último un claro ejemplo de discriminación.
Ayer se conmemoró el Día Mundial de la Toma de Conciencia sobre el Maltrato en la Vejez, cuyo propósito es fomentar la anuencia en adultos jóvenes o porque no incluir a la niñez sobre el valor que tienen las personas mayores y cambiar su trato en función de eso.
Se dan casos en Panamá, donde el adulto mayor que acude a una sala de urgencia, o a un servicio hospitalario es a menudo descartado y se le proporciona el trato mínimo donde lejos de ser tratado como prioridad o en función de su urgencia médica, ni siquiera se le administran los medicamentos correspondientes por pensar que esto es “desperdiciar insumos” deben ser completamente inaceptable en un país considerado en vías de desarrollo.
Fuera del innegable maltrato para con la población adulta mayor, se destaca que la falta de prevención y los estilos de vida poco saludables en la adultez joven inciden directamente en que la vejez sea considerada como un problema de salud pública, lo cual conlleva a que el proceso de envejecimiento venga acompañado de dolencias que, si bien son propias de la vejez, un estilo de vida pobre las agrava e incluso pueden llegar a ser inhabilitantes y es en este momento, en donde el adulto mayor tendrá que depender de un cuidador permanente, en el mejor de los casos un familiar pero no es inusual que esto conlleve al abandono dado que Panamá no cuenta con un diseño de política pública que garantice al adulto mayor los cuidados correspondientes en tiempo oportuno; esto último aunado al hecho de que la población adulta mayor va en crecida se constituye en un factor de alerta que pide a gritos la implementación de un sistema sostenible dirigido al bienestar de la población adulta mayor.