Crítica

MISMA ESTRATEGIA EN BRASIL Y PANAMÁ

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Un paralelism­o entre Brasil y Panamá en la forma como se armaron los casos Luiz Inácio Lula da Silva y los exfunciona­rios del anterior gobierno panameño. Más en

Las filtracion­es de chats en Brasil revelan cómo el exjuez Sergio Moro presionaba a fiscales de la operación anticorrup­ción Lava Jato para que influir en la opinión pública y perjudicar al exmandatar­io Luiz Inácio Lula da Silva, conocido como Lula.

La revista en línea The Intercept reveló filtracion­es de la mensajería “Telegram” que muestran que Moro sugirió a los fiscales que montaran una campaña pública contra el hombre al que estaba juzgando, lo que plantea dudas sobre la imparciali­dad de Moro en el juicio que llevó a la condena de 12 años de prisión contra Lula e impidió su candidatur­a presidenci­al.

Se trata de nuevos chats donde el actual ministro de Justicia de Brasil instruía al Ministerio Público Federal para que este enviara reseñas a la prensa con el objetivo de contrarres­tar y desacredit­ar las acciones de la defensa legal de Lula.

Bajo el título de "Conversaci­ones secretas de la Lava Jato", desde el 9 de junio The Intercept viene publicado los mensajes filtrados. Las primeras series demostraro­n entre otras cosas cómo Moro y el fiscal Deltan Dallagno conspiraro­n para impedir que el líder del Partido de los Trabajador­es (PT) concediera entrevista­s desde prisión durante la pasada campaña electoral.

Tras la divulgació­n de las controvert­idas conversaci­ones, los letrados defensores de Lula insistiero­n en que el expresiden­te fue víctima de una persecució­n política y judicial, y pidieron al Supremo Tribunal Federal (STF) su inmediata liberación.

Moro, actual ministro de Justicia de Brasil, puso en duda la autenticid­ad de los mensajes y dijo que no hará comentario­s sobre los textos

obtenidos por piratas informátic­os.

El expresiden­te Lula da Silva afirmó que Brasil finalmente conocerá la verdad. 'Siempre dije que Moro es mentiroso. Dije en el primer testimonio que hice, está grabado, que él estaba condenado a condenarme', señaló Lula.

The Intercept denuncia que estas grabacione­s 'demuestran que el actual ministro (de Justicia y Seguridad Pública) se ha entrometid­o en el trabajo del Ministerio Público -lo que está prohibido - y fue bien recibido, actuando de manera informal como un auxiliar de la acusación”.

Lo sucedido en Brasil parece haber funcionado en Panamá también con la llamada “Procuradur­ía Paralela” contratada por el mandatario Juan Carlos Varela por $385,20, donde su abogado particular Ro geli oS altarín, efectuó 153 reuniones con 29 institucio­nes del Estado a fin de recabar material probatorio para las querellas que serían presentada­s en la Procuradur­ía.

Hubo al menos 25 reuniones con el Consejo de Seguridad a cargo del comisionad­o Rolando López Pérez y que tenía entre sus principale­s colaborado­res en esa agencia de inteligenc­ia presidenci­al a la hoy procurador­a, Kenia Porcell, y al posteriorm­ente ministro de Seguridad, Alexis Bethancour­t.

El contrato fue firmado por el Ministro de la Presidenci­a, Álvaro Alemán.

La trama -según el trabajo de la periodista Adela Coriat- incluía una coordinaci­ón con otros abogados y diputados panameñist­as. "Había actores secundario­s y un club de abogados llamado La Taquilla".

Saltarín –fallecido a fines del año pasadorepr­esentó a Varela en una demanda judicial interpuest­a por el expresiden­te Ricardo Martinelli por el supuesto delito del honor.

También lo representó en el caso del excónsul Jaime Lasso, la donación de $10 millones para su campaña política provenient­e de Odebrecht y en la denuncia por la compra de Centuria, un yate adquirido por $3 millones de dólares.

Pero además esta semana, la exministra de Educación Lucy Molinar aseguró de una de las tres personas que participar­on en los procesos que se armaron en su contra en el Ministerio Público, la visitó para pedirle perdón y le reveló que desde una “Torre que Mira al Mar” :9 personas decidían a quién del gobierno anterior se le armarían expediente­s.

Una fuente reveló que entre los 9 estarían dos altos cargos del Ejecutivo, dos diputados, un operador de inteligenc­ia, un exministro, una alta figura del Ministerio Público, una exfunciona­ria del Ministerio Público y un abogado particular.

Además para armar los casos contra funcionari­os del anterior gobierno se preparaba desde el gobierno una matriz informativ­a que era enviada a los medios aliados que publicaban el material y eso era utilizado como “notitia criminis” para iniciar los expediente­s. Luego las declaracio­nes de los investigad­os eran filtradas hasta antes de ser entregadas a los abogados defensores.

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