Más 76 mil ‘panas’ aprendieron a leer
18,357 PERSONAS ADULTAS ‘ALFABETIZADAS’ SON DE LA COMARCA NGÄBE BUGLÉ, DONDE EL ANALFABETISMO ES UN PROBLEMA MUY AGUDO
Panamá tiene el 95% de su población alfabetizada de acuerdo con un informe estadístico de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Lo que indica que el 5% de los panameños no saben leer ni escribir.
El analfabetismo es un problema muy agudo en la población Ngäbe Buglé y esto quedó demostrado en el último censo de la Contraloría General de la República para el 2010, en que la comarca Ngäbe Buglé registraba el mayor número de analfabetas con 30,864 (30.8%).
De acuerdo con la Contraloría, para el año 2000 había 168 mil 140 analfabetas, lo que representaba el 7.6% de la población, este número se redujo a 148 mil 747 (5.5%) en el censo de 2010 y la expectativa es que para el censo de 2020 la cifra caiga muy por debajo del 3%.
Para reducir esta brecha la Dirección de Alfabetización del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), desde el 2007 hasta la fecha, ha alfabetizado a 76 mil 293 personas mayores de 10 años con el programa ‘Yo, sí puedo’.
De estos, 18 mil 357 personas adultas son de la comarca Ngäbe Buglé. Mientras que, Chiriquí con 11 mil 272 alfabetizados es la provincia en la que más personas han aprendido a leer y escribir.
Entre las otras provincias, en las que se realizó este programa se en
cuentra Panamá en que aprendieron a leer y escribir siete mil 801 ciudadanos, en Bocas del Toro fueron 6,769 y otros 6,393 en Veraguas.
Personal de esta entidad reveló que los estudiantes de entre 30, 40 y hasta 50 años de edad, al terminar este curso emprenden proyectos microempresariales que mejoran su calidad de vida. “Se trata de una apuesta que va más allá de escribir su nombre y apellido, es una habilidad que transforman sus vidas”, enfatizaron.
Orlanda Mendieta, presidente del Consejo Técnico de Psicología de Panamá, explicó que el perfil de la persona analfabeta en Panamá responde a varios fenómenos de carácter socioeconómico, cultural y político. Aquí converge la pobreza, que es el caso de los mayores de 65 años que tuvieron que ponerse a trabajar anteponiendo su educación y el fenómeno marginal que enfrentan algunos sectores indígenas.
Según el PNUD, los adultos que no comprenden la lectura tienen trabajos menos remunerados y esta condición agrava su calidad de vida.