Quién se quema con leche...
Decía la abuela: “que quien se quema con leche, cuando ve una vaca llora”, y no dejaba de tener razón; durante la llegada de cada nuevo gobierno nos llegan las ventas de nuevas ilusiones y mientras más novedosa sea la forma de desviar fondos públicos mejor.
Desde finales del gobierno de Endara inician con la privatización de algunas empresas, que en honor a la verdad, el estado no tenía necesariamente que administrar; aunque algunas sí lo
merecían, puesto que se evitaba el monopolio privado, como lo fue el caso de la fábrica de cemento, y otras como los hoteles, cítricos, que no hacían sentido siguieran en manos del estado.
Con el Toro sí llegamos a la privatización pura y dura, puesto que éste se fue al nervio central, como lo son las empresas de servicios que el estado está obligado a brindar y garantizar a la población y aunque buscó una fórmula intermedia, (empresas mixtas), esas empresas se han convertido en las más grandes expoliadoras del bolsillo de los panameños.
En el quinquenio de la locura, nos vendieron como cosa buena las famosas llaves en mano, que terminaron atragantando gran parte del presupuesto del gobierno Varela y mucho del que recién comienza, lo que se nos está convirtiendo en un charco sin fondo; sin las obras concluidas y sin la plata.
Resulta que el buen gobierno nos llega con las tales Alianza público privada (APP) que no es otra cosa que una modalidad de privatización, es decir; disponer de fondos públicos para que la empresa privada realice, administre y den mantenimiento a obras por un período y algún día, cuando las aguas del río Tuira corran para arriba, vuelvan a manos del estado.
Estas fórmulas ya se practicaron en Panamá, solo que con el nombre de concesiones, como lo fue el caso de los corredores norte y sur; obra impulsada por el Toro y miremos los resultados económicos que eso ha tenido para los panameños: terminamos recomprándolos a precios de lingotes de oro.
Hasta cuando mi pobre pueblo tiene que seguir comprando medias verdades, que a la postre se convierten en las peores mentiras; es que cada uno trae una “novedad”, que lo que busca en el fondo, no es el bienestar para las grandes mayorías; eso es solo el discurso para vender el producto, ya que los intereses creados vienen por la parte de atrás, como el caramelo envenenado.
No tengo nada en contra de la empresa privada porque la misma lo que busca es generar ganancias, pero al pan, pan y al vino. EXSECRETARIO DE CGTP