El poder de la corrupción
Durante nuestro devenir histórico, Panamá, ha sufrido los embates de la corrupción y de gobiernos dictatoriales, así como “gobiernos democráticos”, se han visto envueltos en gigantescos escándalos de corrupción y malversación de fondos públicos, donde funcionarios sin valores, ni ética se han enriquecido a costa de los dineros del pueblo sin recibir certeza de castigo.
Los que tuvimos la amarga experiencia de vivir los años de la dictadura, bajo el mando de Manuel Antonio Noriega con sus batalloneros de la dignidad, fuimos testigos de una de las épocas más oscuras y tenebrosas de nuestra historia republicana, la cual terminó con una invasión por los Estados Unidos el 20 de diciembre de 1989, denominada “Causa Justa”, cobrando la vida de miles de panameños inocentes masacrados por una invasión que promovía la liberación y la democratización del país.
A 32 años de esta invasión, Panamá, se ve envuelta y atrapada en un mar de escándalo de corrupción desde candidatos presidenciales, funcionarios públicos y empresarios; y, sin embargo, el sistema de justicia no ha tenido el carácter institucional para asumir el rol de impartir justicia y certeza de castigo.
La corrupción y sus tentáculos son tan profundos que ha venido deteriorando la imagen y la credibilidad de la institucionalidad del estado, violentando el estado de derecho, donde magistrados, fiscales, procuradores, diputados, ministros, alcaldes, representantes han perdido total confianza de la población, por los interminables casos de corrupción que se han vistos envueltos.
Es un secreto a voces abierta, que todos conocen, pero que pocos se atreven a expresarlo por las repercusiones y persecuciones, por aquellos que han hecho de la corrupción una forma de vida. Son tan profundos sus tentáculos que algunos medios de comunicación se han convertido en plataformas para promover los mismos que ayer se enriquecieron con las mieles del estado y que hoy juegan a gobierno y oposición.
A 32 años de esta invasión, Panamá, se ve envuelta y atrapada en un mar de escándalo de corrupción