Días afiebrados
Puede postularse al Record Guinness: ha sobrevivido en tres siglos, y a cataclismos, guerras, vaivenes de gobernanza e invasiones.
Obra cultural que ha cimentado la escritura en lengua española y otros idiomas es el diario La Estrella de Panamá; con 172 años a cuestas, toda una odisea, si se considera una menor expectativa de vida de este tipo de publicaciones.
Desde su inauguración, el 23 de febrero de 1849, La Estrella, uno de los más antiguos diarios de América, ha expuesto en sus páginas el pensamiento de generaciones de pensadores y otros escritores nacionales e internacionales.
Ha sido controlado por distintos grupos de accionistas, y debe su longevidad a determinado respeto con generaciones de lectores, por su tradición de rectificaciones y la presentación de excusas. Ganó credibilidad porque rectificaba, cuando se hacía necesario, y presentaba excusas cuando llegar a publicar falsedades, bulos e imprecisiones. Como legado y patrimonio nacional e internacional, es la persistente y cotidiana manifestación de un intercambio considerable de valores humanos.
En vez de rastrear oro en California, durante aquellos días afiebrados de febrero de 1849, estos estadounidenses, que arribaron a puerto colonense en el vapor ‘Oregon’, se vieron obligados a fundar este matatiempo que informaba sobre el arribo de los barcos en Colón y Balboa, cuando el canal era a caballo, sin ferrocarril y sin charco.
Por la tardanza en llegar al puerto en el Pacífico, cuando la nave había partido, nació este medio, que en aquel momento fue una entretención con el calendario, mínimo, de partida y llegada de los barcos.
La historia del país, el Estado Federal, el departamento colombiano y la república se confunden. En algún momento La Decana fue políglota: español, inglés, francés y mandarín. Después de la II Guerra Mundial, tuvo cabeceras, separadas: español e inglés.
Aporta a Panamá y al continente un testimonio excepcional del quehacer humano.No olvide estos nombres estadounidenses: J.B. Bidleman, S.K. Donaire, J.F. Bachman. Son nombres escritos en mármol.