El presidente si tiene quien le escriba 3
Hay quienes creemos en Dios y quienes dicen creer, pero sus acciones los delatan; aborrecen a sus semejantes, a la población, por bonitas sean sus palabras.
Valga el pensamiento de Simón Bolívar plenipotenciario del Perú y Presidente de la Gran Colombia, quien el 12 de enero de 1814, emite un Decreto, que aún con las recriminaciones, producto de la pena de muerte, debe ser valorado por nuestras autoridades y considerar como un crimen (sin conmutación de pena), a todo aquel que se apropia de dineros o bienes del Estado. Reproducimos el Decreto:
“Teniendo Presente:
1°–Que una de las principales causas de los desastres en que se han visto envuelta la República, ha sido la escandalosa dilapidación de sus fondos, por algunos funcionarios que han invertido en ellos;
2°–Que el único medio de extirpar radicalmente este desorden, es dictar medidas fuertes y extraordinarias, he venido en decretar, y
Decreto:
Artículo 1°–Todo funcionario público, a quien se le convenciere en juicio sumario de haber malversado o tomado para sí de los fondos públicos de diez pesos arriba, queda sujeto a la pena capital.
Artículo 2°–Los jueces a quienes, según la ley, compete este juicio, que en su caso no procedieren conforme a este decreto, serán condenados a la misma pena.
Artículo 3°–Todo individuo puede acusar a los funcionarios públicos del delito que indica el Artículo 1°.
Artículo 4°–Se fijará este decreto en todas las oficinas de la República, y se tomará razón de él en todos los despachos que se libraren a los funcionarios que de cualquier modo intervengan en el manejo de los fondos públicos.”
El país se derrumba. No se hacen investigaciones, quedan inconclusas o culminan con vicios para que no exista castigo.
Las indagaciones al SENNIAF, la venta de activos del Estado a precios irrisorios, la pérdida de medicamentos (fentanilo con más de 19,000 dosis), para mencionar algunos, sin que directivos sean separados, investigados ni condenado a nadie. La justicia está de vacaciones. Dios te salve, Panamá.
Que el único medio de extirpar radicalmente este desorden, es dictar medidas fuertes y extraordinarias