El Siglo

Espectros de nuestra propia indolencia

- JOSÉ R. HERRERA B. JOSEGLADIA­DOR63@GMAIL.COM PERIODISTA Y DOCENTE

En

medio del telón gris que teje el invierno, la lluvia cae, bañando al país en una danza constante entre nubes y asfalto. La vida urbana prosigue su curso, envuelta en la rutina cotidiana, pero entre sus pliegues, surgen grupos de seres humanos que parecen desvanecer­se ante nuestros ojos.

Sus rostros, marcados por la dureza de la vida en la calle, nos hablan de historias silenciada­s, de luchas invisibles y de realidades marginales que los condenan al olvido. Niños de la calle, ancianos abandonado­s, mujeres víctimas del más cruel maltrato, indigentes y marginados sociales, conforman una legión de invisibles que deambulan entre nosotros.

Tatuados con las cicatrices del abandono y la indiferenc­ia, estos seres humanos se convierten en fantasmas de una realidad que preferimos ignorar. La marginalid­ad los ha relegado a una dimensión paralela, donde sus voces apenas susurran entre las sombras, sin hallar eco en una sociedad ensimismad­a en su propio bienestar.

El desarrollo y la grandeza de una nación se miden, no por la opulencia de unos pocos, sino por la atención y el cuidado que se brinda a los más vulnerable­s. Esta responsabi­lidad no recae solo en el gobierno, sino en cada uno de nosotros: en la empresa privada, en los afortunado­s económicam­ente, en quienes predican la religión, en la familia y en los amigos.

Es hora de dejar de mirar sin ver, de reconocer la humanidad de aquellos que hemos marginado a la sombra de nuestra propia comodidad. Son víctimas de una sociedad que ha perdido de vista el valor del bien común, sepultándo­lo en el rincón más oscuro y olvidado de nuestra conciencia colectiva.

Es tiempo de elevar la voz por los invisibles, de tenderles una mano en medio de su soledad y desamparo. Solo así podremos rescatar del abismo a aquellos que la indiferenc­ia ha convertido en meros espectros de nuestra propia indolencia.

Tatuados con las cicatrices del abandono, estos seres humanos se convierten en fantasmas qpreferimo­s ignorar.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama