Las vivencias de un médico de urgencias del Santo Tomás
EL CUARTO DE URGENCIAS NACIÓ EN LOS AÑOS 80’, ES UNA PARTE VITAL DEL HOSPITAL QUE CUMPLIRÁ SU PRIMER CENTENARIO
El
Hospital Santo Tomás es de referencia nacional, pero su cuarto de urgencias es algo aparte, sus pasillos guardan historias que quedan grabadas en su personal de turno, médicos que llevan un estilo de vida difícil y que muchas veces los alejan de sus familias. Es una pasión que solo logran saborear unos pocos.
Era más o menos la 9 de la mañana cuando visitamos el cuarto de urgencias y fuimos recibidos por una escena llena de tensión, se trataba de un extranjero encamillado, custodiado por paramédicos y policías. “Auxilio, auxilio”, gritaba a todo pulmón en la sala.
Se trataba de un mexicano que reclamaba ser trasladado a un hospital privado y forcejeaba en la camilla, no se dejaba tratar por los médicos y los agentes lo custodiaban con recelo. Se desconocía si estaba borracho o drogado, pero estaba alterado y no paraba de gritar en la sala.
Sin embargo, para los médicos de turno se trataba de algo rutinario, algo normal. El doctor Jorge Puerta es uno de los pilares del cuarto de urgencias del “Elefante Blanco”, es un médico general de vasta experiencia que se ha ganado el respeto de sus colegas en el hos
CANTIDAD Se atiende un promedio de 5 mil pacientes al mes
pital. Un doctor curtido que afirma haberlo visto todo, aunque hay experiencias que le han quedado en la memoria.
En medio de tantos casos, lo que más recuerda el galeno es lo vivido en la invasión de Estados Unidos a Panamá, ocurrida el fatídico 20 de diciembre de 1989. Puerta, con voz pausada, recordó los pacientes con trauma que llegaron al hospital. Heridas de armas de guerra, algunas estaban como quemadas o cauterizadas. El olor a carne quemada en las heridas cauterizadas hacía pensar que tipo de armas experimentales usó el ejército norteamericano ese día. “Era impactante”, recordó.
Otro caso que quedó plasmado en la memoria del galeno fue el de un chiricano que en el sector de la Pedro Obarrio, en El Chorrillo, se vio envuelto en una riña con otras personas que finalmente lo atacaron con un machete. “Era bajito y delgadito (...) su cuerpo quedó como si hubiera fileteado un pollo, es sorprendente, llegó agónico, había perdido mucha sangre y murió”.
Sorprendentemente en el cuarto de urgencias también han atendido personas que han quedado con las manos engarrotadas tras pasar más de 24 horas jugando maquinitas en el casino, además de pacientes psiquiátricos.
En medio de todo ese bombardeo de tensión y estrés, donde se atiende un promedio de 5 mil pacientes mensuales o sea unas 166 personas al día, el médico de urgencias es absorbido por la profesión.
“Somos humanos, siempre habrá algo que te va a impactar, pero al final caes en la profesión y eso hace que comiences a digerir esas cosas tan natural que llega un tiempo que lo ves normal, pero cuando te toca a ti es diferente”, explicó el doctor Puerta.
Tras un corto silencio, explicó que hace 17 años perdió a su hijo en un accidente de tránsito y le tocó ir a la Caja de Seguro Social (CSS). “Cuando nos llega un accidente en tu mente profesional es el dinamismo de la profesión, pero cuando te toca lo contrario, que es un familiar tuyo, es diferente entonces ya ahí tu te dispones de la indumentaria de médico y eres un ser humano”, reconoció.
Casos
Hay pacientes con infarto y enfermedades cerebrovasculares que llegan caminando a ser atendidos en urgencias.
Inicios
El cuarto de urgencias del Hospital Santo