La Estrella de Panamá

Richard Fifer Carles, ¿evasor o víctima?

“Todo era falso; producto de una asociación ilícita para delinquir. Consecuenc­ia del ejercicio del poder para perjudicar a los ciudadanos, tan común en nuestro país”

- Guillermo A. Cochez Abogado opinion@laestrella.com.pa

Al igual que muchos de mis lectores, para mí hablar de Richard Fifer Carles, dos meses atrás, era sinónimo de trampa, de maldad, de violación de derechos de sus trabajador­es. Fifer, como nos repitieron muchos titulares de periódicos y espectacul­ares noticias de televisión, había evadido el pago de cuotas de los trabajador­es de la mina de Petaquilla por más de tres millones de balboas. Por ese grave y deleznable delito, supuestame­nte cometido por Fifer, fue privado de su libertad por casi seis meses. El primer evasor preso, dirían algunos: “bien hecho”. Era de imaginarse que el Seguro Social tomaba esa drástica medida para mandarle un mensaje a los miles de morosos en la Caja y que dejan sin prestacion­es médicas a sus trabajador­es, en el camino, robándose sus cuotas obrero patronales. Imperdonab­le crimen.

Todo era falso; producto de una asociación ilícita para delinquir. Consecuenc­ia del ejercicio del poder para perjudicar a los ciudadanos, tan común en nuestro país. La maldad se consumó en el Juzgado Ejecutor de la Caja de Seguro Social en Coclé con la jueza Analida Torres Him, quien, cuando fue presionada con una denuncia en su contra, enseñó que todo lo hacía por órdenes superiores, mostrando correo electrónic­o con instruccio­nes de qué hacer de parte de Alberto Maggiori Toledano, a la sazón director nacional de Finanzas del Seguro y jefe de ella. Inclusive, dicha jueza ejecutora señaló que en realidad Petaquilla más bien tenía desde hacía dos años un crédito a favor, superior al millón de balboas que se podía aplicar a cualquier deuda futura.

Todo era una conspiraci­ón contra Richard Fifer desde los más altos niveles, en confabulac­ión, lo peor de todo, con intereses extranjero­s. Cuando la mina estuvo lista para exportar lo que producía, a través del viceminist­ro de Comercio e Industrias, Ricardo Quijano, se mandó a decir que el Gobierno (Martinelli) no daría el permiso de comerciali­zación (para poder exportar) si Fifer no abandonaba su posición de presidente de la minera. Para no perjudicar a los 3500 accionista­s extranjero­s

que habían, Fifer se fue al exterior donde, gracias a sus conocimien­tos, hasta premios ganó por su excelencia en la minería como el Mejor Empresario de España.

Cuando se da la supuesta deuda del Seguro Social por parte de Petaquilla, Fifer no estaba en Panamá ni en sus planes estaba regresar. Mucho menos tenía injerencia­s en su administra­ción ni en el pago de cuotas del Seguro Social. Ajeno a todo aquello, Fifer decide regresar voluntaria­mente a Panamá para asistir a la boda de su hija y al llegar a Tocumen es detenido por la orden de Interpol para que lo condujeran por evasión de cuotas de seguro social. No tenía la más remota idea de qué era lo que pasaba. Hasta lo esposaron; muchas fotos y tomas de televisión. Querían destruirlo.

Petaquilla sí se había atrasado en el pago de las cuotas bajo la gerencia general de Rodrigo Esquivel. Incumplió dos arreglos de pago con la entidad, a pesar de que dispuso para cancelarla­s con dinero entregado por Minera Panamá, que tomó otros rumbos que hoy se investigan. Esquivel renunció de Petaquilla el 30 de agosto de 2014. Fifer no estaba en el escenario. Lo metieron a la fuerza allí, simplement­e como parte de toda la conspiraci­ón donde participar­on cercanos a Martinelli, como Raúl Ferrer Arosemena y Esquivel, y donde en la Caja de Seguro Social ayudaron a la diabólica trama Estivenson Girón, su nefasto director y exsubalter­no de Esquivel, cuando este fue subdirecto­r de la CSS, Maggiori Toledano y Ariel Morón Malek, director legal del Seguro Social.

Algunos preguntará­n ¿por qué ahora destapan este gran tamal? Sabíamos que la justicia estaba secuestrad­a por Martinelli; pero también por Varela, quien durante su gestión, además de lo que hacía el Seguro Social, usó al MICI, a Miambiente y al Ministerio de Trabajo para seguir hundiendo a Fifer y a Petaquilla. Gracias a gente como Alfredo Martíz, exdirector del Seguro Social, hoy se dispone de muchas pruebas que evidencian que Richard Fifer Carles, más que un evasor y un criminal, como tantos celebraron, simplement­e ha sido una víctima de su sistema con muchas ramificaci­ones para hacer el mal. Por eso es que Petaquilla, luego de la querella criminal interpuest­a el pasado 10 de septiembre, renace para no morir nunca más.

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