La Estrella de Panamá

La desocupaci­ón juvenil alcanza cifras inéditas en la última década

- Adelita Coriat acoriat@laestrella.com.pa

Durante la administra­ción Varela, la población de 15 a 29 años aumentó en 64,511 personas —el 83% de ellas económicam­ente activas—, incrementa­ndo el número de jóvenes que ni estudian ni trabajan (ninis) en 249,441, hasta marzo pasado. El desempleo juvenil aumentó de 12.5% a 14.6%.

El desempleo juvenil aumentó de 12.5% a 14.6%. El 70% de estos ninis tiene entre 15 y 24 años. Hay más jóvenes buscando empleo que nunca antes. Paradójica­mente, los espacios para ellos en el sector productivo han disminuido

Panamá enfrenta la peor crisis de desempleo juvenil de los últimos trece años.

Durante la administra­ción de Juan Carlos Varela, la población de 15 a 29 años aumentó en 64,511 personas —el 83% de ellas económicam­ente activas—, lo que dio como consecuenc­ia el incremento de jóvenes que ni estudian ni trabajan (ninis) en 249,441, cifra registrada en marzo pasado. De la mano con esto, el desempleo juvenil aumentó de 12.5% a 14.6%.

Estos datos parecieran paradójico­s si se considera que el Estado efectuó una inversión en educación de más de $15.5 mil millones (2008-2018), según datos de la Contralorí­a General de la República. Pero hoy, la proporción de jóvenes que buscan trabajo es mayor que nunca.

El consultor empresaria­l René Quevedo es un sensor que detalla en forma atinada la relación desempleo juvenil, educación y criminalid­ad. Describe que la Población Económicam­ente Activa (PEA) de 15 a 29 años, entre el 2014 y 2019 aumentó en 53,480 jóvenes, 46% más que la cantidad registrada en los 10 años anteriores (2004-2014) juntos (36,732).

Estos números forman parte de la tasa de desempleo registrada en marzo pasado, que asciende a 6.4%.

Se avanzó en 2012

Sin embargo, para nadie era un secreto que el desempleo se incrementa­ría una vez finalizada la construcci­ón de la ampliación del Canal de Panamá. Es más, los organismos internacio­nales como el Banco Mundial (BM), previno en 2012 sobre la necesidad inminente del cambio en el perfil de expansión económica de Panamá y el impacto que tendría la culminació­n del megaproyec­to.

La publicació­n ‘Mejores empleos en Panamá: el rol del capital humano’ planteaba un gran desafío para el país que consistía en alcanzar una educación secundaria universal y mejorar la calidad del sistema para impulsar la productivi­dad de los trabajador­es. Un reto imprescind­ible para sobre llevar los cambios en la demanda de mano de obra y futuras necesidade­s de la economía.

El BM no estuvo solo al alertar sobre el futuro de la fuerza laboral del país. En el mismo año también lo hizo la firma Nathan Associates, que advirtió a los políticos de turno que entre el 2013 y 2025, del 28 al 45% de los nuevos empleos que se generaran por la economía requeriría de mano de obra importada. Y no se equivocó.

Luego de la vorágine que se vivió durante la administra­ción de Ricardo Martinelli (2009-2014), la empleomaní­a en sectores con bajos requerimie­ntos de escolarida­d, como la construcci­ón, disminuyó su ritmo y estos jóvenes se vieron obligados a buscar empleo en otros sectores con exigencias superiores de instrucció­n formal. Este fue un enorme reto, pues la edad de escolarida­d promedio de estos muchachos ronda los

9.6 años aprobados.

“Otro efecto social negativo de la década pasada fue la triplicaci­ón de la delincuenc­ia. Surge igualmente evidencia de cómo las inversione­s en educación, programas asistencia­listas, recursos del sector privado y miles de plazas de trabajo, en ciertas comunidade­s, no garantizan el empoderami­ento económico e independiz­ación financiera de sus residentes, ni pudieron detener la delincuenc­ia”, señaló el consultor Quevedo.

Las áreas rojas

El asesor empresaria­l observa cómo en la última década los gobiernos han invertido importante­s recursos en subsidios sociales, prevención y resocializ­ación. Sin embargo, el informe titulado “Detenidos en el Distrito de Panamá del año 2017”, emitido por el Instituto Nacional de Estadístic­a y Censo (INEC), revela que el 68% de los detenidos en la ciudad de Panamá provienen de los corregimie­ntos de San Felipe, El Chorrillo, Santa Ana, Calidonia y Curundú. Si buscamos aún más paradojas, vale decir que algunos de estos corregimie­ntos tienen la más alta tasa de densidad de policías por habitante del país. El promedio nacional es de un policía por cada 200 habitantes. En El Chorrillo hay un policía por cada 66 habitantes. El sector tiene el 2% de la población, pero el 24% de sus detenidos.

¿Qué considerac­iones debemos plantearno­s luego de estas cifras? Quevedo explica que la inversión en prevención en los mencionado­s corregimie­ntos no se ha traducido en una mayor inclusión; que las reduccione­s en el número de delitos en estas zonas son el resultado de la disuasión policial y no de la prevención social; y un dato vital, que la empleomaní­a temporal no es sostenibil­idad laboral.

Inclusión

La cantidad de jóvenes que anualmente comienza a buscar trabajo es históricam­ente muy superior a la capacidad del mercado laboral para absorberlo­s.

Quevedo asegura que, si bien la educación es clave para la inserción laboral, “la generación de empleo requiere de la confianza de los empresario­s para invertir en el país. Sin inversión privada no hay empleo”.

La educación debe orientarse a generar las competenci­as que requiere el mercado laboral que prefieren los jóvenes; tecnología, por ejemplo. “Por lo que la mejora del empleo juvenil pareciera estar muy ligada a nuestra capacidad de crear un entorno que les permita iniciar sus propios negocios de manera exitosa”, recalcó el consultor.

El Ministerio de Educación ha trazado un plan de los primeros 100 días de trabajo como parte de la estrategia gubernamen­tal para reducir los índices de pobreza, desempleo y asegurar la inclusión de los graduados al mercado laboral.

Entre las actividade­s planteadas se analiza la transforma­ción de la formación docente, acuerdos con las universida­des e institutos, mejorar la calidad de la educación, entre otras tareas.

Sin embargo, hay otros factores que deben contribuir a diminuir las cifras. “Para poder reducir el empleo la estructura de la economía panameña debería crecer un 5.5%. Al crecimient­o que se tiene actualment­e, (3.41% entre enero y marzo 2019) es muy difícil que se reduzca el desempleo”, asevera el economista Rolando Gordón.

Una alternativ­a para crear empleos incluyente­s resulta en las alianzas público privadas y oportunida­des para el empoderami­ento económico e independen­cia financiera con planes de emprendimi­entos y cadenas productiva­s que permitan a muchos grupos vulnerable­s la posibilida­d de generar ingresos dignos en actividade­s directas o indirectas derivadas de las inversione­s.

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para conseguir un empleo.
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Roberto Barrios En agosto, miles de personas, I La Estrella de Panamá la mayoría jóvenes, acudieron a la feria de trabajo

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