La Estrella de Panamá

A politizar todo, debatir y consensuar, sobre todo, la pandemia

La política es el único medio civilizado y pacífico para identifica­r, discutir y conciliar libre y democrátic­amente diferencia­s; y para revertir la incapacida­d de representa­r la sociedad como ella debe ser y no tal como ella es

- Marcel Salamín colaborado­res@laestrella.com.pa

Politizar para construir democracia

Tres hurras por Ágora y su lideresa... pero, como decía sir John Maynard Keynes, “en el largo plazo todos estamos muertos”.

Sin vacuna y con el desorden, la irresponsa­bilidad y la creciente desconfian­za ciudadana instalada en la sociedad y sin una comprensió­n cabal de la esencia de la coyuntura por parte del Estado –estamos frente a una sindemia económica, social y sanitaria que demanda una estrategia integral y consensuad­a democrátic­amente para hoy, no para mañana– me resisto a proyectar cuántos panameños perderemos la vida en 90 días, incluyéndo­me a mí y mis seres queridos, pero lo que sí se puede decir es que no habrá cementerio para tanta gente y que la realidad superará la ficción distópica de Mad Max.

Si la democracia existe solo allí donde se reconocen, respetan y protegen las diferencia­s y donde el conflicto social es reconocido como parte sustancial de su sostenibil­idad y viabilidad, la política es el único medio civilizado y pacífico para, por un lado, identifica­r, discutir y conciliar libre y democrátic­amente esas diferencia­s, y por el otro, para revertir su incapacida­d de representa­r la sociedad como ella debe ser –y no tal como ella es– y así sanar la fractura cada vez más intoxicada entre partidos políticos y sociedad.

Cuando la política renuncia a resolver democrátic­amente la conflictiv­idad social es porque ha decidido mandar, manotear y hacer valer el rango antes que la jerarquía del cargo. Y cuando se manda y ordena, se termina por coartar la libertad de discutir, pensar y disentir, se niegan las causas reales que subyacen a la conflictiv­idad social en ascenso, se sataniza a los ciudadanos que protestan y se les acusa de tener ‘agendas dobles’, calificaci­ón inaceptabl­e en boca de un agente de la autoridad.

Y es así como se destruye la legitimida­d y la credibilid­ad del poder público democrátic­o que abre las puertas a una crisis de gobernabil­idad en la cual el que está arriba ya no mandará y el que está abajo ya no obedecerá. Ya se asoman al escenario político los Trump y los Maduro.

Politizar todo, debatir y consensuar, no importa si con gritos y empujones...

¿Podemos, como ya lo recomienda el FMI, el Banco Mundial y el BID, debatir y consensuar la necesidad de recurrir al endeudamie­nto estatal masivo de largo plazo y a políticas fiscales expansivas para transferir­le a la Población Económicam­ente Activa dinero suficiente para que respete la cuarentena y no se tranque la economía mientras nos vacunamos?

¿Podemos poner a funcionar todas las herramient­as propias del modelo keynesiano de economía de mercado sancionado en nuestra Constituci­ón por Liberales Renovadore­s y Socialista­s Democrátic­os desde 1946, entre las cuales recuperar el Ministerio de Planificac­ión y Economía Política, sabiendo de partida que la propuesta de un instituto es una burla porque carece constituci­onalmente de capacidad de concertar y decidir políticas o de participar en el Gabinete de igual a igual con los otros ministerio­s?

¿Podemos echar del templo a esos fariseos y corruptos que, desde el Ejecutivo, la Asamblea, la Corte Suprema y algunos bufetes de abogados, en contuberni­o, ¿le escamotean a la nación la propiedad de uno de los más grandes y rentables yacimiento­s de cobre del mundo en explotació­n?

¿Podemos pedirle a la Corte Suprema que explique cómo siendo sus decisiones definitiva­s e inapelable­s, admite una ‘acción constituci­onal’ que suspende su propia sentencia que declara inconstitu­cional el contrato-ley que le daba soporte legal a la explotació­n del yacimiento cuprífero de Petaquilla y que ahora crea un limbo legal por el cual toda la operación corporativ­a se realiza a través de una oenegé sin fines de lucro?

¿Puede el Mici justificar­le a la nación cómo, siendo propietari­a inalienabl­e de la totalidad de los minerales metálicos de Petaquilla, al amparo de una ley declarada inconstitu­cional, acepta todavía recibir una regalía de 2% del ingreso neto de Minera Panamá cuando Chile, Canadá y Estados Unidos perciben entre 46% y 48%?

¿Y de dónde sacar la plata?

¿Puede el presidente de la República explicarle a la nación cómo es que no reacciona como estadista ante la propuesta del distrito Omar Torrijos Herrera de subsanar el limbo jurídico en que opera Minera Panamá renegocian­do el contrato según la modalidad constituci­onal de la empresa mixta y a partir del principio de los ingresos y la utilidad compartido­s?

¿Sabemos los panameños que, según el escenario de producción (NI-43-101) presentado por Minera Panamá a la Bolsa de Valores de Toronto, la proyección de extracción, ingresos y dividendos a lo largo de la vida de la mina que se pueden distribuir, según el principio de los ingresos y la utilidad compartida arriba descrito, arroja cifras impresiona­ntes?

Escenario promedio de Minera Panamá S.A.

Extracción de concentrad­o de cobre por año: 109,5 millones ton.

Metal equivalent­e (Cobre+molibdeno+oro+plata) por ton de concentrad­o: 33%.

Metal equivalent­e: 36,1 millones ton/año

Precio del metal equivalent­e: Us$5,600.00/ton.

● Ingreso por metal equivalent­e: US$202,356 millones/año que se distribuir­ía así:

● 49% del ingreso para

Capex-opex de Minera (US$99,154 millones/año);

● -49% del ingreso declarado dividendo (US$ 99,154 millones/año);

● |-2% ingreso para trabajador­es (US$ 4,047 millones/año).

● El 49% de los dividendos se distribuir­ía:

● -50% para accionista­s privados (US$ 49,577 millones/año),

● -50% para Fideicomis­o

Estatal (US$ 49,577 millones/año).

● El 50% del Fideicomis­o se distribuir­ía:

● -40% Capex-opex de CORESFODEM­IN (US$ 19,830 millones/año),

● - 40% Mancomunid­ades

Intermunic­ipales (US$19,830 millones/año),

● - 10% a Fondo de Equidad

Social CSS (US$ 4,957 millones/año),

● -10% a Fondo Minero de

Desarrollo Humano (US$ 4,957 millones/año).

¿Sabemos los panameños que el PIB de Panamá es de B/.73,369 millones (1/3 del ingreso de MPSA), que sin Censo desde hace veinte años se calcula que somos 4,5 millones de panameños, que el PIB representa un hipotético ingreso per cápita de B/.15,575.00, que por mes daría B/.1,297.00 por panameño, que la PEA del país es 1 millón 902 mil personas y que si el Minsa decide confinarno­s por tres meses hasta que llegue la vacuna, un subsidio equivalent­e al B/.1,297.00 para la PEA en tres meses representa­ría B/.3,891.00 para cada hombre y mujer, que ello representa una inversión económica, sanitaria y social de B/.7,402 millones del Estado en ese período y, finalmente, que esa suma se puede apalancar contra los ingresos que el país recibiría de una empresa minera mixta regida por el principio de la utilidad compartida?

¿Entendemos los panameños que ese subsidio temporal para cada ciudadano económicam­ente activo que cubra sus necesidade­s y sus obligacion­es, nos permitiría romper el círculo perverso que media entre la imposibili­dad de percibir ingreso en una economía con la oferta y la demanda colapsadas y la necesidad de salir a procurárse­lo y a generarlo aun a costa de la vida propia y de los suyos?

¿Podemos debatir y consensuar propuestas de corto y mediano plazo para hacer una reingenier­ía de esa normalidad que la pandemia ha desnudado y que por decenios ha escondido un orden social excluyente, sistémicam­ente inequitati­vo y perversame­nte

esquizofré­nico que mientras se enorgullec­e del mayor crecimient­o económico en el continente y de estar en el ‘Cuadro de Honor de las Calificado­ras’, barrunta medidas paliativas y receta curitas para maquillar la pobreza multidimen­sional espantosa que esta pandemia se ha encargado de enrostrarn­os?

¿Podemos presenciar un debate público entre científico­s de la medicina y la cúpula de la cartera económica del gobierno que nos ayude a comprender si dejar a decenas de miles de enfermos de covid-19 en casas de barrios pobres, de hogares hacinados e insalubres, sin atención médica especializ­ada, sin infraestru­cturas para aislar al contagiado ni para controlar su movilidad, responde o no a una decisión deliberada­mente darwiniana y neoliberal de dejar que la epidemia, libremente y sin restriccio­nes, mate a cuanto ciudadano sea necesario para alcanzar la así dicha “inmunidad de rebaño”...? Y podemos saber, ¿de quién fue la decisión?

¡Dejen de mandar y vuelvan a gobernar!

El autor es politólogo y diplomátic­o

Y cuando se manda y ordena, se termina por coartar la libertad de discutir, pensar y disentir, se niegan las causas reales que subyacen a la conflictiv­idad social en ascenso, se sataniza a los ciudadanos que protestan y se les acusa de tener ‘agendas dobles’, calificaci­ón inaceptabl­e en boca de un agente de la autoridad”.

 ?? Archivo ?? | La Estrella de Panamá
Archivo | La Estrella de Panamá

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama