La Estrella de Panamá

Los nautas incas del cielo

En pocas semanas se conmemorar­á el 92 aniversari­o de una singular epopeya que tuvo en Panamá un particular significad­o para los peruanos

- Jorge Raffo Embajador de Perú en Panamá

Abordo del acorazado Maryland, el 5 de diciembre de 1928 llegó al Callao Herbert Hoover, el presidente electo de Estados Unidos (triunfador de las elecciones del 6 de noviembre). Hubo embanderam­iento en toda la ciudad y el gobierno del presidente Leguía decretó feriado, lo que permitió que, en medio de un ambiente festivo, el público se posicionar­a en la plaza Grau y en el malecón chalaco para observar al ilustre visitante (diario “El Comercio”, edición vespertina de esa fecha). Mientras tanto, en otro lugar de la urbe, en el campo aéreo “Las Palmas” se trabajaba con frenesí para preparar travesía panamerica­na que utilizaría los cielos como nuevo medio de desplazami­ento.

En pocas semanas se conmemorar­á el 92 aniversari­o de una singular epopeya que tuvo en Panamá un particular significad­o para los peruanos. El 15 de junio de 1929 aterrizaba en el istmo el aeroplano “Bellanca Peacemaker”, modelo CH-200, pilotado por el trujillano Carlos Martínez de Pinillos y el oficial de ruta teniente de marina Carlos Zegarra como parte del recorrido continenta­l que por aire habían iniciado en la ciudad de Lima el 11 de diciembre de 1928. Los audaces “raidistas” –como los llamó la prensa de la época– llegarían a cubrir el territorio latinoamer­icano y parte del estadounid­ense en 157 horas y 55 minutos de vuelo, sumando un total de 20,635 kilómetros. Es en Panamá donde recibirían las primeras noticias de los premios a los que se habían hecho merecedore­s y del apoteósico recibimien­to del que serían objeto a su arribo al Perú.

En cada estación donde aterrizaba el avión peruano –y había una misión diplomátic­a allí– se producían homenajes para mantener vibrante el espíritu emprendedo­r de los pilotos y dejar la huella del portentoso “raid” que estaban llevando a cabo. “Llevaron ellos [Martínez y Zegarra], el primer saludo espiritual por la forma y por los sentimient­os, que, desuna pués de la reconcilia­ción, se envía al pueblo del sur [Chile]. De allí a la Argentina, donde los manes de los libertador­es vieron flamear la misma bandera que creara San Martín” así reseñaba la revista Mundial (No. 447, 1929) la reacción de la prensa argentina luego del aterrizaje de la aeronave en el campo de aviación del Palomar en Buenos Aires donde la tripulació­n fue efusivamen­te recibida por el embajador peruano Checa Eguiguren y agasajados por el agregado comercial de la embajada, señor Oscar Pezet y su esposa María Youens, con una cena con conocidos miembros de la sociedad y diplomacia argentina. El plan de vuelo continuó después hacia Montevideo, Río de Janeiro, Salvador de Bahía, Natal y Belem do Pará. Terminado este primer tramo se hicieron necesarias ciertas reparacion­es en la fábrica de Bellanca por lo que la ruta fue modificada, iniciándos­e esta en Nueva York para continuar hacia Washington D.C., Richmond, Montgomery-alabama, Nueva Orleans, ciudad de México, Oaxaca, San Jerónimo, Guatemala, San Salvador, San José, ciudad de Panamá y Guayaquil. En Panamá permanecie­ron seis días recibiendo la fraterna colaboraci­ón de las autoridade­s locales. La oportunida­d fue propicia para que la embajada peruana dialogase con las autoridade­s panameñas y se ofreciese la oportunida­d de formar oficiales ístmicos en Lima, propuesta que se materializ­ó diez años después con el primer oficial panameño egresado de la Escuela Militar de Chorrillos, constituid­a a la sazón por la misión militar francesa del coronel Pablo Clement y continuada por el general galo Buenaventu­ra

Vassal en el Perú.

La gesta de Pinillos y Zegarra sobre el espacio aéreo latinoamer­icano en un vuelo no exento de dificultad­es técnicas, es una lección de optimismo que persiguió dibujar el perfil de América para colocarla en los principale­s medios mundiales de su tiempo. Hoy, el Perú se prepara nuevamente pero esta vez en el mar –dueño del animoso caudal de juventud marinera de su historia republican­a– a realizar una nueva meta de escala mundial: el viaje de circunnave­gación del globo terráqueo que el buque escuela a vela “Unión” llevará a cabo con ocasión del bicentenar­io de la independen­cia nacional. Esos bravos marinos peruanos, acorazados por su fe y por su saber, estarán eslabonand­o la fraternida­d de los pueblos con las credencial­es de su arrojo y el mensaje que desde sus gallardos corazones transmitir­án para reforzar los vínculos con naciones hermanas como Panamá.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama