Decisión tardía, pero necesaria
“[…] a donde hay que llegar es a los verdaderos monstruos que saciaban sus deseos con muchos de estos inocentes”
La directora de Senniaf, Mayra Inés Silvera, decidió renunciar a su cargo. El 19 de febrero pasado, en estas mismas líneas planteamos que era necesario que Silvera se separara del puesto, y así permitir una investigación sin entorpecimientos. Y es que el escándalo del Senniaf explota ahora, pero los casos vienen del pasado, justo cuando había otra directora, pero Silvera era su asesora. La renuncia de Silvera permite que las autoridades del Ministerio Público empiecen a escarbar y llegar al fondo del problema que, no son ni Silvera ni los directivos del Ministerio de Desarrollo Social, sino los que cometieron los abusos sexuales y sicológicos a los niños y niñas. Hay denuncias serias por la exdirectora de la Senniaf Idalia Martínez, quien dijo que puso en conocimiento de estas irregularidades a la entonces procuradora Kenia Porcell. Todo esto también lo conocía la junta directiva de la Senniaf, que entonces presidía el ministro de Trabajo, Luis Ernesto Carles, hoy diputado de la República, pero no hicieron nada. Lo importante es llegar al fondo del problema y el Ministerio Público debe citar a cada uno de los responsables de los albergues y de su personal, porque a donde hay que llegar es a los verdaderos monstruos que saciaban sus deseos con muchos de estos inocentes. Silvera ha hecho bien en su decisión, aunque tardía es buena, porque quien no la debe no la teme. Aquí hay que atrapar a los monstruos, porque la consigna es caiga, quien caiga. ¡Así de simple!