Consumo responsable, más allá de la pandemia
Se deben planificar las compras y evitar el acaparamiento innecesario de todo tipo de productos
El 15 de marzo, las organizaciones de consumidores celebraron otra de sus grandes conquistas: el Día Mundial de los Derechos del Consumidor, que desde marzo de 1983 promueve los derechos fundamentales de todos los consumidores. Sin embargo, la celebración nos ubica hoy en un contexto diferente, con un consumo mundialmente trastocado, a causa de la covid-19.
La revolución que la pandemia ha supuesto en los hábitos del consumidor no tiene precedente. El confinamiento condicionó la demanda, los compradores y los criterios de compra (o no compra), puesto que asistimos al surgimiento de dos tipos de compradores: el primero, aquel que perdió el empleo y debe restringir sus gastos, y segundo, los que no fueron impactados económicamente; ambos con comportamientos de compras distintos.
Dicha revuelta se observó desde los primeros meses de la crisis sanitaria, cuando las prioridades en las compras de la población se concentraron de forma desenfrenada en artículos de higiene, limpieza, y en bienes de primera necesidad.
El temor por la escasez de ciertos productos que le permitieran cubrir las necesidades básicas de su familia y la inseguridad provocada por el virus llevó a que en muchos hogares se optara por comprar en comercios que ofrecieran productos más frescos y saludables.
Los cambios en los hábitos de consumo de la población del mundo parecían ser un llamado del mismo planeta, alertándonos de que el camino más seguro está en el consumo responsable. Incluso la llegada de este virus, según los expertos, ha hecho reflexionar sobre el planeta, la globalización, y la sostenibilidad del mundo.
Frente a la crisis de la covid-19, las organizaciones de protección al consumidor del mundo, entre ellas la Acodeco, instaron a la población a un consumo responsable y a la prudencia en las compras. Prudencia que significaba evitar comportamientos de compra desenfrenada e irracional; aquí seguimos aprendiendo.
En las circunstancias actuales, hacer compras responsables debiese ser la máxima más allá de la pandemia, las listas de supermercados, los menús semanales para planificar las compras y evitar el acaparamiento innecesario de todo tipo de productos debiesen ser de estricto cumplimiento en cada familia, puesto que la covid-19 dejó expuesta la vulnerabilidad de nuestros sistemas de producción.
Sin duda, urge la necesidad de tener un planeta cien por ciento sostenible. Además de cubrir nuestras necesidades básicas de alimentación, vestido, educación, salud, y otros beneficios, hay que aprender a usar responsablemente nuestros recursos naturales. Según cifras establecidas por la ONU, tan solo un 20% de la población consume un 80% de los recursos que hay en el planeta.
Urge un cambio de conciencia por parte de la sociedad, si queremos seguir disfrutando a largo plazo de un desarrollo económico, social y ambiental sostenible. Por esta razón es importante tener un consumo seguro y saludable que sobresalga como un derecho humano, sobre todo ahora que la forma de vender y comprar productos ha variado.
Nuestra reflexión, como consumidores, debe apuntar a una de las tantas lecciones que nos deja el SARS-COV-2: necesitamos “ser agentes de cambio” y procurar un consumo responsable y solidario. El planeta nos los pide a gritos.