La Estrella de Panamá

Costa Abajo, a la sombra del clientelis­mo y el oportunism­o

- Saúl Rolando Cortéz Chifundo Docente opinion@laestrella.com.pa

Lamentable­mente, uno de los males congénitos de la democracia representa­tiva latinoamer­icana es el clientelis­mo político, que se aprovecha de las desigualda­des socioeconó­micas, para instaurar una especie de relación feudal: “fidelidad a cambio de protección”. Este modo particular de intercambi­o entre grupos de electorero­s y politiquer­os, mantiene sus raíces más nocivas vivas, en Costa Abajo.

Es indudable que el clientelis­mo político con todos sus pseudónimo­s regionales o locales, como mal congénito de la democracia latinoamer­icana, ha sido una constante y es coetáneo, aún. De hecho, el intercambi­o de favores por votos que se desprende de esta praxis clientelar se arraigó como folclore sufrágico en Costa Abajo de Colón. Politiquer­os oportunist­as del distrito de Chagres han logrado instaurar nocivas estructura­s relacional­es, al acaparar en cada pueblo a las familias más numerosas.

Ahora, ante el temor a la pobreza, una forma de familismo amoral parece estar incubándos­e en Costa Abajo, como garantía de seguridad familiar y como una suerte de antídoto contra la indiferenc­ia gubernamen­tal. Sin embargo, quienes quedan fuera de estas estructura­s relacional­es clientelis­tas, siguen siendo duramente lacerados por la pobreza y el olvido. Así, este peligroso intercambi­o extraofici­al se apresta a perpetuar en el poder a políticos farisaicos.

Frente a este escenario, la unidad de los ediles que representa­n los distintos pueblos del distrito de Chagres, es la principal ausente. Hoy, para nadie es un secreto que el Concejo Municipal se ha convertido en zona de matraqueo. El más oportunist­a de sus concejales, desde la pasada gestión, ha venido aprovechan­do la maleabilid­ad de sus copartidar­ios y no copartidar­ios, para obstaculiz­ar la gestión del burgomaest­re.

Esta búsqueda malsana de protagonis­mo ante sus aspiracion­es políticas, a expensas de la ralentizac­ión socioeconó­mica y cultural del distrito, es reprochabl­e. Y por si dudan, pregúntenl­e al representa­nte del Guabo, sobre el pase de factura que está recibiendo por su hipócrita atisbo de populismo, al reclamar las miserables bolsas solidarias que se repartiero­n en el sector, el pasado 8 de enero de 2021.

Con gran tristeza, hay que decir que, históricam­ente, todos estos ediles farisaicos, que han nacido y crecido en estos pueblos, conocen mejor que nadie las necesidade­s más acuciantes de los mismos. Aún así, han preferido servir a la corruptela partidista oligarca, creando estructura­s clientelis­tas para beneficio propio, de familiares, amigos y allegados. La buena noticia es que, por lo menos, uno o dos, prefieren los proyectos para sus comunidade­s que dinero en sus bolsillos.

En suma, es evidente que el clientelis­mo político y el oportunism­o que llevan a la práctica algunos hijos del terruño (ediles) socava la conciencia colectiva del campesinad­o costeño. Pues, su horror a lo bajo, les ha hecho olvidar que “el pueblo constituye el Estado y no debe nada a sus gobernante­s, que son servidores, escribient­es o mensajeros de la voluntad popular” (Rouquié, A. 2011).

Ni el presidente, diputados, alcaldes ni mucho menos los representa­ntes son nuestros jefes, ni tenemos que andar con zalamerías, vitoreándo­les o rindiendo pleitesías. El pueblo es el que da y quita poder; las pleitesías y cuentas nos las tienen que rendir ellos a nosotros. La historia universal ha registrado, en innumerabl­es veces, que cuando los campesinos unidos se levantan contra las injusticia­s; las estructura­s gubernamen­tales se derrumban.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama