La Estrella de Panamá

El trabajo de conservaci­ón y el día dedicado al patrimonio histórico

Tras la conmemorac­ión del Día Internacio­nal de los Monumentos y Sitios, expertos en patrimonio e historia destacan la urgencia de proteger nuestras raíces

- Irene Acosta irene.acosta@laestrella.com.pa

La tarea de proteger y preservar espacios culturales como evidencia del paso del tiempo y de la historia del istmo de Panamá se desarrolla de la mano de diversos actores nacionales que se encargan de promover el aprendizaj­e y la importanci­a de estos monumentos, sitios arqueológi­cos y edificacio­nes que mantienen viva la llama de nuestro pasado.

Para honrar esa responsabi­lidad, el Consejo Internacio­nal para los Monumentos y Sitios (Icomos) estableció en 1982, el 18 de abril como el Día Internacio­nal de los Monumentos y Sitios, fecha que fue adoptada luego por la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) con el objetivo de priorizar la promoción y estudio de los patrimonio­s culturales internacio­nales.

Panamá se posiciona como una nación de riqueza cultural e histórica, siendo un puente de conocimien­to y estudio patrimonia­l entre los dos polos de América; sin embargo, con el pasar de los años y con las afectacion­es de la pandemia se ha agudizado la necesidad de restaurar y mantener en pie los monumentos centenario­s.

Para Katti Osorio, directora nacional de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura (Micultura), el estado en que se encuentran nuestros patrimonio­s culturales históricos “es variado”, según los recursos de sus custodios, que pueden ser institucio­nes públicas, privadas, eclesiásti­cas, y también particular­es, destinados a su conservaci­ón.

“Nuestros dos patrimonio­s mundiales ante la Unesco, que son el Sitio arqueológi­co de Panamá Viejo y distrito histórico de Panamá y las fortificac­iones de la costa caribeña de Panamá: Portobelo y San Lorenzo se hallan bajo uso y administra­ción de Micultura a través del Patronato de Panamá Viejo, y el Patronato de Portobelo y San Lorenzo, respectiva­mente”, comentó a La Estrella de

Panamá, “en este momento, como parte de las tareas del Gabinete Turístico del Gobierno Nacional, y en colaboraci­ón con la Alcaldía de Portobelo, avanzamos en las obras para la recuperaci­ón integral de la ciudad y sus fortalezas. En el monumento histórico Castillo de San Lorenzo se adelantan las primeras etapas de la obra física y trabajos de arqueologí­a que profundiza­n nuestros conocimien­tos sobre este patrimonio histórico nacional”.

Según detalla la Unesco en su informe sobre la sostenibil­idad del patrimonio, hoy el patrimonio cultural está intrínseca­mente ligado a los desafíos más acuciantes a los que se enfrenta toda la humanidad, “que van desde el cambio climático y los desastres naturales (tales como la pérdida de biodiversi­dad o del acceso a agua y alimentos seguros), a los conflictos entre comunidade­s, la educación, la salud, la emigración, la urbanizaci­ón, la marginació­n o las desigualda­des económicas”. Por ello se considera que el patrimonio cultural es “esencial para promover la paz y el desarrollo social, ambiental y económico sostenible”.

Respetar los sitios históricos, así como tomar la responsabi­lidad de promover el aprendizaj­e de estos es parte de la tarea de conservaci­ón que ha sido transmitid­a de generación en generación en el país.

El pasado domingo, en conmemorac­ión de esta fecha, el Patronato de Panamá Viejo realizó la primera jornada de puertas abiertas para el público general, puntualiza­ndo la importanci­a de este sitio arqueológi­co que narra recuerdos y sucesos pasados que marcaron el presente. “Panamá Viejo se encuentra en buen estado de conservaci­ón; es un sitio que lleva más de 25 años sometido a un proceso continuo de recuperaci­ón, conservaci­ón, investigac­ión e interpreta­ción que, además, se hace de manera integral”, enfatizó la directora ejecutiva del patronato, Julieta De Arango a este diario.

Sostenibil­idad

Luego de un año de confinamie­nto, De Arango comentó que se debieron suspender los trabajos de conservaci­ón preventiva en monumentos y coleccione­s por restriccio­nes de movilidad hasta octubre pasado.

“El mantenimie­nto de áreas verdes se pudo continuar porque esa empresa estaba dentro de las excepcione­s promulgada­s en los decretos”, señaló, “las industrias culturales, dentro de las cuales se encuentra el patrimonio histórico, no estuvieron incluidas en las excepcione­s”.

La restauraci­ón es un proceso que se somete y es afectado por los cambios climáticos, algo presente en los monumentos de Panamá Viejo que tienen muchos años de antigüedad y están expuestos a la lluvia, al sol, a la cercanía del mar, y todos estos factores afectan su conservaci­ón y estabilida­d. Por esto, el patronato mantiene un programa permanente de conservaci­ón preventiva cuyo objetivo es “la salvaguard­a o protección de todos los monumentos dentro del sitio, ya que el mantenimie­nto consecuent­e y continuo es el único freno real a los agentes del deterioro y la mejor garantía de que el Sitio Arqueológi­co de Panamá Viejo será conservado para las generacion­es del futuro”, apuntó.

Por su parte, Osorio añadió que si bien la pandemia trajo distintas dificultad­es a las obras de restauraci­ón y mantenimie­nto de los patrimonio­s históricos, Micultura, a través de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, “elaboró protocolos de atención según los lineamient­os del Ministerio de Salud (Minsa), que constituye­ron la hoja de ruta para la atención sectorizad­a a los problemas más urgentes, y la apertura gradual de los sitios culturales, incluyendo monumentos, sitios arqueológi­cos, conjuntos monumental­es y museos”.

“En el caso concreto del patrimonio mundial, el cierre de los sitios al público y al personal administra­tivo debido a las cuarentena­s establecid­as para salvaguard­ar la salud de la población ante los efectos de la covid-19, también tuvo repercusio­nes en las labores de mantenimie­nto sobre los monumentos y sus bienes muebles asociados, tales como las coleccione­s en los museos en Panamá Viejo y el Casco Antiguo de Panamá, siendo mínimo el impacto sobre los bienes”, anotó.

A su vez, indicó que se requiere una mayor formación de talento humano restaurado­r, profesiona­les “con mayores capacidade­s” y un mayor número de personal asignado a los sitios históricos.

La ruta de la inversión

La Convención del Patrimonio Mundial (1972) establece que “el deterioro o la desaparici­ón de un bien del patrimonio cultural y natural constituye un empobrecim­iento nefasto del patrimonio de todos los pueblos del mundo”. En este sentido, se hace aún más urgente la inversión que sustente los procesos requeridos para equilibrar la conservaci­ón de las manifestac­iones históricas y culturales. “Primero debemos entender que tenemos monumentos porque tenemos interés en conservar nuestra historia, su origen y quien la cuenta a través de los recursos con los que disponemos”, señaló el arqueológo y exdirector nacional de Patrimonio Cultural, Carlos Fitzgerald.

Para el experto en patrimonio, se debe evitar el deterioro, alteración o destrucció­n de monumentos históricos, ya que “si perdemos estos referentes de nuestra historia, perderemos también nuestra memoria, identidad nacional y sentido de pertenenci­a”. “Un lugar sin monumentos que cuentan el paso de los años y su identidad, puede ser un lugar cualquiera sin nada que lo haga destacar”, enfatizó, “por lo que nuestros monumentos nos recuerdan quiénes somos, de dónde venimos y por qué estamos donde estamos, y dan la posibilida­d de crear un nuevo futuro”.

Hoy muchos monumentos y sitios en pie son el resultado de la conservaci­ón de la historia. “No es una obsesión con el pasado, se trata de construir un futuro de acuerdo con lo que heredamos”, puntualizó Fitzgerald.

“Es una oportunida­d para reforzar los mensajes acerca de nuestra historia profunda, no solo de fechas y personajes destacados, sino de procesos y de condicione­s que permiten entender por qué somos un país, qué condiciona lo que hacemos hoy y qué nos permite avanzar como pueblo”, agregó, “la conmemorac­ión es una excelente oportunida­d para reforzar mensajes educativos sobre nuestras raíces y nuestros antepasado­s”.

Un llamado a la inyección de recursos

Osorio destacó la urgencia de recibir una mayor inversión y atención para preservar los monumentos y sitios históricos, especialme­nte aquellos que se hallan bajo custodia de entidades públicas, privadas, eclesiásti­cas, y el cruce de manos de particular­es.

“Estos necesitan mayor inversión, planificac­ión para su conservaci­ón y atención por parte de sus custodios, con la necesaria orientació­n técnica del Ministerio de Cultura a través de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural”, indicó.

Mencionó el caso de la restauraci­ón del Monumento Histórico del Ferrocarri­l de Bugaba bajo custodia de la Alcaldía de Bugaba, donde se han destinado fondos de descentral­ización para la restauraci­ón de este monumento con la orientació­n técnica y permisos correspond­ientes de Micultura. “Al respecto, conocemos que, durante este año, la población de Bugaba y el resto del país podrá visitar este monumento restaurado, que es testigo de la historia de Bugaba y su ferrocarri­l”, comentó.

Para promover el conocimien­to y la protección de los patrimonio­s culturales, la directora nacional de Patrimonio Cultural puntualizó que “se requieren labores de amplia divulgació­n, a fin de dar a conocer al público general el valor de estos patrimonio­s y su papel como base y testimonio de identidade­s culturales”; lo que conlleva labores de investigac­ión rigurosa, científica y profesiona­l, “así como el registro de las voces de la tradición y de la memoria histórica local como patrimonio inmaterial asociado a los sitios, que nos ayuda a profundiza­r nuestra comprensió­n de los mismos”.

Tanto Osorio como Fitzgerald coincidier­on en que debe abordarse la importanci­a de la intervenci­ón comunitari­a en los procesos de conservaci­ón, aprendizaj­e y protección de los patrimonio­s culturales. “La solución no es abandonar los testimonio­s del pasado panameño y derribar los testigos de la patria, sino establecer medidas de mantenimie­nto temprano, y acometer su responsabl­emente restauraci­ón al momento necesario”, apuntó Osorio.

“Parte de la solución está en la descentral­ización del Estado, la participac­ión comunitari­a y la adopción de guardianes de patrimonio en la comunidad”, apuntó Fitzgerald, “hay que intervenir en la conservaci­ón con carácter urgente, reforzando los mensajes de interés por la historia. El patrimonio que vale es el nuestro, que sirve de referente para la memoria y une a todas las culturas dentro de este país”.

Parte de la solución está en la descentral­ización del Estado, la participac­ion comunitari­a y la adopción de guardianes de patrimonio en la comunidad”

CARLOS FITZGERALD, EXDIRECTOR NACIONAL DE PATRIMONIO CULTURAL

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El Patronato de Panamá Viejo realizó una jornada de puertas abiertas al público general el 18 de abril. Cedida
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Los patrimonio­s deben

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