Las promesas económicas de Lasso se topan con la cruda realidad ecuatoriana
Las propuestas electorales del próximo presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, entre ellas la de reducir el IVA y el impuesto a la salida de capitales, se topan con la cruda realidad en el terreno y el escaso margen de maniobra que tendrá en la Asamblea Nacional.
Así coinciden las principales agencias y analistas en sus evaluaciones sobre el resultado de los comicios del 11 de abril en Ecuador, en los que el político centroderechista se impuso por casi cinco puntos a su rival de izquierdas Andrés Arauz.
Y es que, pese a que su elección implica una cierta continuidad en la política del actual mandatario Lenín Moreno, al menos a nivel internacional, la difícil realidad ecuatoriana requiere de un control de la Asamblea para ejecutar reformas, y CREO, el movimiento político de Lasso, solo tendrá 12 diputados, de 137.
Reformas exigidas
Su victoria “alivia las preocupaciones del mercado sobre posibles cambios por una administración de Arauz”, decía la agencia Moody’s tras las elecciones, y apenas después de que los mercados recibieran a Lasso con una bajada del riesgo país de casi 400 puntos.
Pero –advierte también esa agencia– “su minoría en la Asamblea amenazará la gobernabilidad y la implementación de reformas”.
Una valoración en la que coincide el JP Morgan, para el que el lastre legislativo puede traducirse en “meses” de trabajo a la hora de redirigir la pesada nave de la economía ecuatoriana.
Un barco que, con casi $70,000 millones de deuda pública acumulada, dependió en 2020 de los multilaterales para afrontar el embate fiscal y socioeconómico de la covid-19, para lo que requirió unos $8,000 millones de crédito y asistencia.
De ellos, $6,500 del FMI, en un acuerdo que establecía reformas para la reducción del gasto público, mayor recaudación fiscal, lucha contra la corrupción, mayor autonomía del Banco Central, fortalecimiento de la dolarización, etc.
Esta última está en estudio por la Asamblea, pero las demás las “hereda” el siguiente mandatario con los $2,500 millones que el FMI debe aún ingresar a Ecuador (partida de los $6,500 aún no entregada), pendiente de la segunda revisión técnica en curso y de la tercera en agosto.
El político conservador ha adelantado que sus prioridades más inmediatas serán la vacunación y la economía, interdependientes para la reactivación productiva, pero sus propuestas electorales no ensamblan a priori con la realidad.
Lasso ha anunciado que enviará inmediatamente a la Asamblea una reforma tributaria sin incremento de impuestos –el FMI “recomienda” lo contrario–, y en campaña propuso la reducción del IVA en un 2% y la progresiva anulación del impuesto de salida de divisas (“un obstáculo a la inversión extranjera”).