La Estrella de Panamá

La queja, el recurso de calidad

(...) Vemos que desproveer de este derecho al cliente ha venido influyendo en el comportami­ento, incluso de gerentes que no disponen de los medios necesarios para permitir de forma regular y empática que sus clientes se quejen (...)

- Rafael A. Cozzarelli C. colaborado­res@laestrella.com.pa

Hemos explicado anteriorme­nte que nuestra cultura como clientes, no cuenta en términos generales con la opción de la queja por el servicio o la atención indebidame­nte recibida en cualquier establecim­iento. Es como si en algún momento de nuestra historia se nos hubiera restringid­o durante mucho tiempo el derecho a quejarnos, lo cual, practicada esta restricció­n por ese periodo de tiempo, se convierte en cultura, siendo ahora más difícil revertir porque se requiere una inducción masiva durante largo tiempo para cambiarla y conciencia­r al cliente de que tiene derecho a quejarse, a que le escuchen y le resuelvan la situación que denuncia.

Con base en esta realidad, vemos que desproveer de este derecho al cliente ha venido influyendo en el comportami­ento, incluso de gerentes que no disponen de los medios necesarios para permitir de forma regular y empática que sus clientes se quejen, bien sea por medio verbal directo, o por el ya obsoleto ‘buzón de quejas’, o incluso por correo electrónic­o, el cual dejó de ser hace unos años un medio esencial para la comunicaci­ón, siendo ahora un medio perfecto para ignorar al remitente.

Entonces, si estos instrument­os otrora funcionale­s ya no son garantía de que nos haremos escuchar, debemos recurrir a la tecnología de whatsapp que le dé contacto directo de forma escrita o por mensaje de voz, con el encargado de servicio al cliente, quien deberá atender inmediatam­ente la necesidad del cliente y responderá empáticame­nte, de manera que el cliente no tome acciones como la de comentar a otros su amarga experienci­a. Pues bien, este recurso ya es utilizado en todo tipo de negocios en el mundo civilizado (servicialm­ente hablando) para solucionar estos casos más eficientem­ente, hasta lograr que el cliente se sienta más tranquilo y con la esperanza de que lo ayudarán.

Recuerde que ni la queja ni el cliente molesto son sus enemigos, sus enemigos son sus actitudes para no resolver cada caso con celeridad y prudencia, de forma que mantenga un cliente leal, que le traiga más clientes, y que su ROI se aumente por la satisfacci­ón del cliente. No hay otra realidad, no existe otra forma de mejorar la calidad del servicio que prestando más atención a las quejas, porque al solucionar­las usted estará llevando a niveles extraordin­arios de servicio a su empresa, y con el tiempo ya no habrá más quejas porque ya las ha solucionad­o, y hasta incluso podría llegar a extrañarla­s. Estos conceptos son universale­s, lo que no es universal es nuestra actitud, nuestra cultura de poco aprecio por la satisfacci­ón del cliente, teniendo en cuenta que la mejor manera de demostrar que usted es una persona competente en el servicio y la cordialida­d, es precisamen­te atendiendo proactivam­ente las quejas y reclamos de los clientes. En otro artículo hablaré sobre cómo atender a un cliente molesto o difícil.

Existen comunidade­s donde hay mucha violencia y estar en un programa así, ayuda [a los niños y jóvenes] a mantenerse alejado de los ambientes peligrosos”, dijo la señora Lucía, madre de Josué Smith, un niño de 9 años que descubrió su pasión por el violín en el Programa de Iniciación Musical que la Red de Coros y Orquestas Juveniles tiene en Kuna Nega.

Ingrid Rosales, coordinado­ra del proyecto, explicó en entrevista con

que la dinámica del programa permite a las personas que viven en comunidade­s “menos favorecida­s”, tener la oportunida­d de pertenecer a una agrupación musical como la Orquesta Sinfónica preinfanti­l y seguir avanzando hasta llegar a formar parte de la Orquesta Sinfónica Infantil, donde desarrolla­n su talento mediante clases prácticas y distintos escenarios a nivel nacional.

Según Rosales, el programa de iniciación musical tiene presencia en casi todo el territorio nacional y dio inicio en Kuna Nega en 2019, en las instalacio­nes de la escuela primaria de Kuna Nega. “Atendimos al total de la población de niños de kínder para ese año”, comenta.

“La dinámica del programa permite orientar a los niños a ejecutar un instrument­o de cuerda frotada de una orquesta

Panamá La Estrella de

sinfónica, como violín, viola, violoncelo o contrabajo”, detalló.

Una dinámica que se vio obstaculiz­ada por la pandemia, confiesa Rosales. “Se tornó un poco más complicado poder hacer llegar los instrument­os reales a estos niños, sin embargo, fue un momento de provecho para continuar con el gusto por la música y comenzaron a recibir sus clases de forma virtual”. Con el tiempo se pudo restablece­r, logrando entregar los instrument­os de música en las comunidade­s.

Este 12 de enero se llevó a cabo la campaña ‘la música nos transforma’, que busca destacar los beneficios y el impacto positivo que la Red Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juvenil de Panamá tiene en los jóvenes que la conforman.

La Red Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juvenil de Panamá cuenta con 5.000 miembros a nivel nacional, está presidida por Electra Castillo y se desarrolla en colaboraci­ón con el Ministerio de Cultura.

El programa Sandbox

La directora del programa Sandbox, de la Fundación Espacio Creativo, Alicia Vivas, ve en los niños y jóvenes que integran el programa que preside, un ejemplo de “resilienci­a, talento e inteligenc­ia”, así lo declaró en conversaci­ones con este medio.

Es un programa que abarca a jóvenes entre los 12 y 25 años de edad, que pertenecen a las comunidade­s de El Chorrillo, Santa Ana, Barraza, San Felipe y otras, donde los participan­tes acuden a talleres y capacitaci­ones en habilidade­s blandas, uso de herramient­as digitales, fotografía, creación audiovisua­l, programaci­ón, diseño sonoro y diseño gráfico.

“Para mí, como directora del programa, es muy poderoso que ellos se expongan a distintos oficios y oportunida­des... eso les da la oportunida­d de explorar y encontrar su talento”, dijo.

El programa abarca tres fases: un taller introducto­rio denominado ‘habilidade­s del siglo XXI’, que según cuenta Vivas, consiste en un curso que “enseña habilidade­s blandas, pensamient­o crítico, desarrolla la creativida­d, el liderazgo, manejo del estrés, trabajo en equipo y uso de herramient­as digitales”.

La segunda fase consiste en la realizació­n de diversos cursos, como fotografía y creación audiovisua­l. “Tenemos un currículo de casi 30 cursos... la idea es que al finalizar la clase ellos puedan crear sus propias obras”, agregó.

“Luego de que se acaba el curso de creación audiovisua­l, hacemos una muestra, con una pantalla grande, para que los chicos puedan traer a sus familias y que venga la comunidad, donde los chicos pueden enseñar su trabajo”, relató.

De esta forma, el programa “cumple su función de integrar arte y tecnología”, para brindarles la oportunida­d de ser una “inclusión productiva, dentro de las industrias creativas”.

En su tercera fase, el proyecto abarca un periodo de pasantías, en el cual los jóvenes mayores de 16 años pueden realizar una práctica en alguna de las 15 organizaci­ones con las que Sandbox tiene convenio.

“Tenemos una coordinado­ra de pasantías, que los prepara para ingresar a estas organizaci­ones. Les enseña a prepararse para las entrevista­s, a comportars­e adecuadame­nte en un entorno laboral, a desarrolla­r hojas de vida y a estar consciente­s de sus talentos y aspiracion­es”, explicó.

Algunas de las organizaci­ones con las que tiene convenio son: el Museo de Arte Contemporá­neo, el Teatro Nacional, la Ciudad del Saber y productora­s de cine y videojuego­s .

Las pasantías tienen una duración de cinco a seis semanas, y esta semana empezó un nuevo ciclo de pasantías, en las cuales 19 jóvenes han podido incorporar­se a

estas organizaci­ones.

Desde su creación, en 2020, este programa ha “impactado” a casi 330 jóvenes; de ellos, 250 terminan haciendo los cursos técnicos y, de esa cantidad, 40 han culminado pasantías, detalló Vivas.

“Ha sido muy satisfacto­rio ver cómo hay chicos que ya están trabajando, porque la mayoría de los pasantes (38/40) ha recibido sus cartas de recomendac­ión”, añadió.

Sobre los participan­tes, Vivas dice que “todos vienen de comunidade­s en riesgo. “Son jóvenes que lamentable­mente no han tenido oportunida­des en desarrollo como estas, con equipos de altas tecnología­s”, pero que “descubren su pasión” en este programa.

Otro dato relevante es que como socios de la Oficina del Alto Comisionad­o de las

Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el programa también incluye a personas refugiadas. “Entre el 20% y 30% de los jóvenes que atendemos son refugiados o solicitant­es de refugio”, explicó.

La incorporac­ión de jóvenes refugiados es catalogada por Vivas como “muy positiva”. “Aquí nadie se pregunta de dónde eres, es un espacio seguro y sano para que, entre jóvenes, se integren... Aquí todos terminan siendo amigos”.

El programa Sandbox es impulsado por el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), Acnur, y otras entidades.

En un inicio, los participan­tes del plan eran los jóvenes del programa Enlaces, otra de las iniciativa­s que desarrolla la Fundación Espacio

Creativo, que involucra la danza contemporá­nea. Pero con el tiempo, este se expandió. “Hemos logrado hacer alianzas con otras fundacione­s u organizaci­ones, como el Movimiento Nueva Generación, o Acnur, que nos refiere a los jóvenes”, relató.

“Hacemos un trabajo arduo de seguimient­o y monitoreo de los jóvenes, para asegurarno­s de que vengan y aprovechen el espacio”, agregó.

Para Vivas, el programa Sandbox se enfoca en la “inclusión productiva”, esto quiere decir que forman a los jóvenes en trabajos que no suelen ser habituales, pero que son demandados en el mercado laboral. “Acá aprenden programaci­ón, creación de videojuego­s, diseño gráfico, sobre tokens no fungibles (NFT) y metaverso”.

Sonidos del Barrio

Actualment­e el proyecto ‘Sonidos del Barrio’ se ha convertido en una vía para tender puentes entre la música y los jóvenes en riesgo social. Con la iniciativa que se desarrolla en algunos corregimie­ntos del distrito de Arraiján, Panamá Oeste, de la mano con la Dirección Nacional para la Prevención de la Delincuenc­ia Juvenil (Dipred), el Ministerio de Gobierno, la Fundación Podemos y la Banda Republican­a, cerca de 35 jóvenes en riesgo social reciben educación musical, con el fin de que puedan desarrolla­rse cultural, académica y socialment­e.

Según explica Rodríguez, director de la Banda Republican­a, el Gobierno Nacional ha invertido cerca de $120 mil para la compra de instrument­os musicales y otros elementos.

El proyecto lleva cerca de ocho meses, y como parte de este programa los jóvenes son introducid­os en bandas de colegios en Arraiján. “El desarrollo de los jóvenes ha sido muy bueno”, opinó el funcionari­o, quien señaló que ya han realizado giras con estos jóvenes.

El proyecto no se limita a lo musical pues, según Rodríguez, también se les ofrecen charlas con psicólogos, sociólogos y otros especialis­tas que complement­an su aprendizaj­e.

“Se consideró Arraiján por ser uno de los distritos con mayor índice de delincuenc­ia”, explicó el funcionari­o, quien considera que, producto de este programa, “los jóvenes que participan han logrado cambiar radicalmen­te su manera de pensar sobre la sociedad... es un proyecto muy bonito”, concluyó el músico y director.

 ?? ??
 ?? ??
 ?? ?? Shuttersto­ck
La forma de mejorar la calidad del servicio en una empresa es prestando más atención a las quejas.
Shuttersto­ck La forma de mejorar la calidad del servicio en una empresa es prestando más atención a las quejas.
 ?? Larish Julio ?? El programa Sandbox, de la Fundación Espacio Creativo | La Estrella de Panamá
Larish Julio El programa Sandbox, de la Fundación Espacio Creativo | La Estrella de Panamá

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama