Mecanismos de marginación y segregación social
La aparición del arrabal es así una primera expresión de la marginación social y la segregación racial, situación que a partir de aquí se ha perpetuado
estación del ferrocarril. Estados Unidos tuvo varias maneras de incidir en la conformación concreta de este gran “cordón de inquilinato”. El Gobierno de Estados Unidos quedó como dueño de la antigua compañía del ferrocarril, la cual había comprado muchísima tierra en la ciudad en el período 1850-1870; por este hecho, una parte considerable del área urbana cayó bajo la potestad de la Zona del Canal”.
La pérdida de centralidad del poder político y la actividad económica de la ciudad amurallada se da a partir de la aparición de la antigua Zona del Canal, que reemplaza y sustrae elementos políticos, administrativos y económicos del antiguo centro urbano colonial. Algunos ejemplos de este proceso de reemplazo en las centralidades se pueden visualizar con la construcción del centro cívico de Balboa, y el edificio de la administración, que viene a reemplazar la sede que las autoridades estadounidenses tenían en el antiguo Grand Hotel, que se encontraba en la plaza Catedral. La apropiación del puerto de La Boca, por parte del Gobierno estadounidense, y la mudanza de empresas transnacionales que tenían también su sede en San Felipe, y que la trasladan a la Zona.
Al tiempo que San Felipe perdía centralidad e importancia para el funcionamiento de la ciudad, la Zona del Canal inicia su propio proceso de expulsión de la población –similar al que se había dado con el traslado de la ciudad en 1673–. En este proceso la población nativa y de trabajadores que residían
● dentro de la Zona, fueron expulsados hacia los barrios de inquilinato de la ciudad, hacia otros poblados periféricos o de vuelta a las islas de donde procedían.
A partir de aquí, los viejos barrios de Guachapalí, San Miguel, Pueblo Nuevo, recién urbanizados por los estadounidenses, y transformados en casas de inquilinato por los terratenientes, la vieja ciudad amurallada de San Felipe, el arrabal de Santa Ana, las áreas de actividad comercial y de ocio, e incluso la nueva infraestructura de transporte construida, como la estación del ferrocarril o el tranvía, todos parecían de alguna forma ‘recostarse’ sobre el límite impuesto por la Zona del Canal.
Este cinturón de pobreza, discriminación y marginación sirvió de fuente de mano de obra barata y centro de diversiones, “como una válvula de escape, donde el hombre podía dejar escapar vapor (...) que puede causar una explosión en una sociedad sin ventilación”, tal como señala la historiadora Patrizia Pizzurno en su artículo, “Zona de contacto, espacio intervenido en Panamá” (2011).
La conmemoración de los
● En esta imagen de la ciudad de Panamá de 1952 se pueden observar las casas de inquilinato que habían sido edificadas durante la construcción del Canal, y que bordeaban en su gran mayoría la línea del ferrocarril, visible en esta fotografía. 350 años del traslado de la ciudad de Panamá resalta el proceso de segregación social que a través del tiempo ha marcado su historia, y configurado su estructura urbana y social actual. Tal como lo señala Alfredo Castillero Calvo, en la ciudad amurallada, “los solares serían caros y su valor iría rápidamente aumentando (...). Fatalmente, negros y mulatos serían expulsados sin miramientos al desprotegido arrabal (...). De esta manera, las murallas adquieren el significado de una barrera socialmente separadora, excluyente, que marca la frontera entre los privilegiados y los que no lo eran (...). Es así como la nueva Panamá nace del intento por materializar una férrea segregación social”.