La primera mentira

Las elecciones de 2024 pasarán a la historia como una de las más cuestionadas, donde la democracia, el pueblo y la justicia, son presa de gente y grupos económicos y políticos que aseguran defenderlos. La democracia consiste en la participación libre y soberana de sus ciudadanos; el pueblo es la esencia de un país, porque del pueblo emana el poder y la justicia es la que equilibra, la voluntad constante de dar a cada uno lo que le corresponde. “Es aquel referente de rectitud que gobierna la conducta y nos constriñe a respetar los derechos de los demás”. Y la realidad es que hoy vemos que la mentira se impone, porque se tuerce la justicia para imponer caprichos; se viola la democracia por acciones dictatoriales y, lo peor, se priva al pueblo, el soberano, de que decida libremente. En pocas palabras, la mentira es la principal propuesta de este proceso electoral, donde se han confabulado medios e instituciones, para torcer nuestra democracia, nuestra justicia, pero sobre todo, la voluntad popular. Y es por eso que estas elecciones son mero trámite, donde un gobierno sucede a otro y lo que se pelea no es la democracia, la justicia o el bienestar de la sociedad; se pelea por el poder, para saborear la riqueza que es de todo Panamá. El verdadero cambio que tiene que hacer el país está en un nuevo Contrato Social que establezca pesos y contrapesos reales, para poder enrumbar a nuestra sociedad hacia el desarrollo. El proceso electoral de hoy es la primera gran mentira, pero los pueblos, tarde o más temprano, siempre despiertan y encuentran su verdadero rumbo. ¡Así de simple!