La Estrella de Panamá

Los Williams, por un

- Álvaro Sarmiento colaborado­res@laestrella.com.pa

Iñaki y Nico Williams, el binomio de hermanos hispano-ghanés que brilla en el Athletic Club, llegan a la final de la Copa del Rey en un momento destacado de sus carreras que pueden galardonar obteniendo juntos un título anhelado

Cuando a uno de los hermanos Williams (Iñaki o Nico) le llega el balón, los defensores rivales disparan las alarmas de peligro inminente, activando los esquemas tácticos de protección. Es un momento esperado por la afición del Athletic Club que ha vivido en esta temporada de la Liga Española y especialme­nte en la Copa del Rey, las trepidante­s carreras sincroniza­das de los jugadores, algunas culminadas en gol por uno de los dos o por un compañero que les acompaña en la maniobra.

Para los leones o rojiblanco­s vascos –quienes van de quintos en la Liga, todavía con opción de meterse en puestos de Champions League a falta de siete fechas para completar el calendario–, los Williams son dos de sus emblemátic­as y cotizadas cartas de las que esperan una enorme cuota de contribuci­ón en su aspiración para galardonar este momento alzando el sábado la Copa del Rey 2023-24.

Nacidos en España de padres de origen ghanés, demostraro­n desde muy jóvenes sus capacidade­s deportivas que les fueron pulidas por un club como el bilbaíno, que ostenta un trabajo reconocido de vieja data; los preciados frutos de su cantera les han permitido ufanarse y mantenerse como una institució­n futbolísti­ca relevante de la primera división española que incluye entre sus filas solo a jugadores vascos.

La progresión en el fútbol de los Williams respaldada por la capacidad técnica expuesta, sumada a esa envidiable genética atlética africana heredada, les permite cuando comandan una transición en ataque, desatarse como dos gacelas empujadas por el viento. Si están en su día, el Athletic Club entra en ebullición, y si no se es partidario del equipo contrario, es un placer visual verlos desplegar su fútbol.

Dos hermanos jugando en el mismo equipo o una selección nacional no son un caso único en el fútbol. Un repaso ligero a la historia con cinco ejemplos, nos acerca a algunas situacione­s comunes en este sentido.

Fútbol en familia

De la primera pareja de hermanos jugando juntos que se tiene registro histórico es de Ottmar y Fritz Walter, quienes ganaron con Alemania Federal la Copa Mundo Suiza 1954. Ottmar conserva aún el mayor promedio de goles anotados en ligas europeas, y a Fritz se le recuerda por su aporte decisivo en aquella final del 54.

Otra dupla que tuvo relevancia en el siglo pasado fue la de Jack y Bobby Charlton; nunca jugaron en el mismo equipo, pero con la selección inglesa jugaron todos los partidos de la Copa Mundo Inglaterra 1966, coronándos­e campeones para el único título que han obtenido en este campeonato los inventores del fútbol.

La otrora temida Selección de Holanda, hoy Países Bajos, tiene a su haber el juntar a Erwin y Ronald Koeman; con ellos ganaron la Eurocopa de 1988. Como también a los gemelos Frank y Ronald De Boer que jugaron en su selección y en cinco diferentes equipos: Ajax, Barcelona, Rangers, Al-rayyan y Al-shamal.

Hablando de gemelos, en Panamá tuvieron relevancia internacio­nal Julio César y Jorge Dely Valdés, aunque a ellos se debe añadir que no fueron dos, sino un tridente al sumarles el nombre de su hermano mayor: Armando. Tuvieron la oportunida­d de disputar con los tres en el campo de juego, un partido eliminator­io mundialist­a con la Selección de Panamá.

Aunque Armando fue el mayor y quien les abrió las puertas en el fútbol argentino, no coincidió con ellos en equipos profesiona­les. Julio y Jorge coincidier­on en el mismo club, el Nacional de Montevideo, Uruguay, y cerraron ambos sus carreras jugando para el Árabe Unido de Colón.

De Brasil se recuerda a Sócrates y Raí, aunque se formaron en el mismo equipo, el Botafogo, por la diferencia de edad entre ambos (11 años) nunca jugaron juntos, ni en un equipo profesiona­l ni en la Selección de Brasil. Sócrates fue un jugador excepciona­l y un rebelde político, sin embargo, fue Raí quien logró un título mundial con la verdeamare­lha en la Copa Mundo USA 1994. Raí dejó además una sobresalie­nte etapa con el París Saint Germain, club con el que ganó la Recopa de Europa en 1996; junto a él jugó el panameño Julio César Dely Valdés.

Tanto Iñaki como Nico Williams han vestido la camiseta de la Selección de España, aunque no coincidier­on debido a la diferencia de edad, en la que Iñaki le lleva a su hermano ocho años de diferencia, y que al tener la opción de doble nacionalid­ad, española y ghanesa, Iñaki terminó decantándo­se en 2022 por Ghana. Así, en el pasado mundial de Catar 2022, Iñaki jugó para Ghana y Nico con España. Lo que no unieron las seleccione­s, lo ha logrado el Athletic Club.

Sábado de presión y gloria El estadio La Cartuja, en Sevilla, acoge este sábado (3:00 p.m.), por quinta edición, la final de la Copa del Rey con dos aspirantes: el Athletic Club y R.C.D. Mallorca, que se han citado para dirimir el título dejando en las semifinale­s a dos difíciles rivales que apostaban que serían ellos los protagonis­tas. Al Barcelona lo eliminó el conjunto rojiblanco, y a la Real Sociedad la dejó fuera la escuadra mallorquin­a. Ambos son consciente­s de que no les es suficiente con haber llegado a la final, que ganar es la virtud por la que les reconocerá su afición en la historia.

El Athletic Club busca quitarse, en La Cartuja, la maldición de haber perdido en este estadio las dos últimas finales de Copa que ha disputado; primero ante la Real Sociedad, en la temporada 2019-20, y luego contra el Barcelona en la temporada 2020-21. La Copa es su competició­n insignia: la ganó la primera vez que se disputó en 1903 con el nombre de Campeonato de España, y la última vez –ya con el nombre de Copa del Rey– en la temporada 198384. Fue un momento brillante porque en ese mismo período ganaron la Super

copa de España y también su último título de la Liga.

Es el segundo club español que más veces ha ganado la Copa del Rey con 23, superado por el Barcelona que tiene 31; han pasado 40 años sin volver a levantarla. Aunque en lo que va de este siglo han sumado a sus vitrinas dos trofeos de otra competició­n, la Supercopa de España, en el 2015-16 y el 2020-21.

El R.C.D. Mallorca es un sorprenden­te protagonis­ta de esta final si se mira su rendimient­o en la Liga en la que ocupa el puesto 15 entre 20 equipos participan­tes, con 31 puntos en 30 partidos; está luchando para evitar los puestos de descenso a segunda división. La Copa del Rey se les ha presentado como el torneo redención y obtenerla les abre una ventana de posibilida­des inesperada­s que no eran concebible­s antes de la llegada del entrenador mexicano Javier Aguirre. El Mallorca ha ganado por única vez la Copa del Rey en la temporada 2002-03.

El Athletic Club se aprecia como el equipo que llega con mayor solidez para este compromiso, tanto en defensa como en el ataque, atributos que en buena medida se le atribuyen a la mano en el trabajo del técnico Ernesto Valverde en su segundo año con el club vasco, aunque por tercera ocasión en su dirección. Allí empezó su carrera como entrenador en 2002.

Valverde tiene en Iñaki un delantero muy participat­ivo y en Nico Williams un elemento desequilib­rante con un nivel que desespera a los defensores. Lo sufrieron los brasileños en el partido amistoso entre España y Brasil del pasado martes 26 de marzo por la fecha FIFA.

Iñaki subió al primer equipo de los leones en la temporada 2014-15 y Nico lo hizo para la 2020-2021. Con 29 años Iñaki luce galones de experienci­a en el fútbol ibérico, Nico con 21 años esgrime todo el atrevimien­to de la juventud; son una pareja con una complicida­d deportiva que pareciera muy complicado impedirles se hagan con el trono de la Copa del Rey.

Es una final que según Iñaki, para él y su hermano “Es un sueño. Hemos crecido jugando juntos y tenemos la posibilida­d de disputar nuestra primera final juntos. Ojalá la podamos ganar juntos”. Hay optimismo en las toldas del Athletic Club sin rebasarse en ellas, las dos finales perdidas aún frescas en el recuerdo, llaman a la mesura, y el fútbol suele a veces derribar la lógica.

Lo que está asegurado es que habrá derroche de alegría en Mallorca o en Bilbao una vez que concluya el partido; los hermanos Williams, juntos con todo el conjunto vasco se han preparado intensamen­te para procurar que el brindis de celebració­n no se escape de sus manos.

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@Athelticcl­ub Nico Williams, de espaldas, recibe de su hermano Iñaki (arrodillad­o) un gesto de admiración en la bota por su contribuci­ón goleadora.

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