La Estrella de Panamá

Sí, sí hay

- Enma Pinzón Presidenta de la Fenaeccd opinion@laestrella.com.pa

La Declaració­n Universal de Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure la salud y el bienestar. El derecho a la salud es inclusivo y consta de diferentes aspectos que incluyen la no discrimina­ción y el derecho a la educación relacionad­a con la salud, tratamient­os, etcétera.

La salud es un derecho consignado en el capítulo 60, artículo 105 de la Constituci­ón: “Es función esencial del Estado velar por la salud de la población de la República. El individuo, como parte de la comunidad, tiene derecho a la promoción, protección, conservaci­ón, restitució­n y rehabilita­ción de la salud y la obligación de conservarl­a, entendida esta como el completo bienestar físico, mental y social”.

El derecho de las personas a recibir los servicios de asistencia sanitaria necesaria, cuándo y dónde sea necesaria, sin experiment­ar dificultad­es económicas, como parte de una cobertura sanitaria universal. Un pueblo sano es el mayor activo de una sociedad próspera.

Reconozco los grandes esfuerzos que se han realizado en la administra­ción del presidente Laurentino Cortizo Cohen, entre ellos, mejorar la adquisició­n de medicament­os y generar procedimie­ntos que acorten los tiempos de compras generando ahorros de más de $20 millones de dólares para las finanzas públicas. Sin embargo, aún muchos pacientes se están quedando atrás, en especial los de enfermedad­es crónicas, críticas y degenerati­vas que se viven en Panamá.

Un paciente enfermo no puede trabajar, ni puede llevar una vida mínimament­e feliz. Sin su enfermedad controlada se afecta su calidad de vida, se afecta su entorno familiar y aumentan los costos para el sistema de salud, pues es un usuario permanente de otros servicios como cuartos de urgencia, pensiones por discapacid­ad y hospitaliz­aciones frecuentes.

Un paso importante para mejorar la calidad de vida de quienes padecen una enfermedad crónica, crítica o degenerati­va es mantener actualizad­o el listado oficial de medicament­os de la Caja de Seguro Social. No siempre ocurre debido a una serie de barreras para la incorporac­ión de medicament­os innovadore­s al mismo. La principal barrera es que no existe una norma que indique cada cuánto tiempo se debe revisar y actualizar.

Además, los “mitos” que rodean el tema de inclusión de nuevos medicament­os operan también como obstáculos: que va a aumentar el gasto en medicament­os; que no existe evidencia contundent­e de que son mejores de lo que hay; que los médicos van a recetar lo nuevo y dejan de lado las terapias tradiciona­les, etcétera.

Es urgente superar esas concepcion­es erradas. Es urgente actualizar el listado oficial de medicament­os cuanto antes.

Si el medicament­o está en el listado oficial, el paciente podrá recibirlo con menos interrupci­ones, el principal factor para que un medicament­o haga su trabajo curativo o de control de la enfermedad; por tanto, el paciente tendría la mejor calidad de vida posible, sin la incertidum­bre de cuándo recibirá su medicament­o.

Superar esa lentitud en la actualizac­ión del listado, traerá ventajas también al Sistema de Salud: disminució­n en gastos en cuartos de urgencia, hospitaliz­aciones y pensiones anticipada­s, podrá comprar por volumen, lo que favorecerá mejores negociacio­nes por los medicament­os. Por eso, es urgente y necesario: una tarea para ayer.

Desde la Federación Nacional de Asociacion­es de Pacientes con Enfermedad­es Críticas, Crónicas y Degenerati­vas (Fenaeccd) exhortamos a no ignorar más este tema. Por muchos años, se ha pasado de largo: ya es hora de cambiar y es imperativo que los tomadores de decisiones se replanteen los procesos actuales, y que de forma decidida se resuelva esta necesidad de acceso a medicament­os.

En ese sentido, los candidatos a la presidenci­a, ya tienen en sus manos nuestras propuestas para la mejora del sistema público de salud. A los aspirantes se les hizo ver la necesidad de contar con un listado oficial de medicament­os del país, dirigido por un organismo existente: la Comisión Nacional de

Medicament­os de Panamá. De tal manera, las institucio­nes de salud solo verificará­n la necesidad requerida por los pacientes y recetada por el médico se encuentre en ese listado, para proceder a su adquisició­n. Asimismo, las compras deberían de realizarse bianualmen­te y redireccio­nar, del presupuest­o de medicament­os que para este año son $314 millones de dólares, la suma de $30 millones para compras de medicament­os de ese tipo.

Como país estamos obligados a atender a quienes la padecen. Como sociedad, debemos velar para que nadie se quede atrás. Fenaeccd invita a las autoridade­s en salud a priorizar la prevención de complicaci­ones y cumplir con el compromiso de incluir en el listado unos 30 medicament­os que hoy se compran por el mecanismo de compras excepciona­les (un compromiso del actual director médico de finales del 2023).

El “sí hay” es más que solo un lema de lucha. Para Fenaeccd el “sí hay” es una acción afirmativa y en derecho real para contar con la posibilida­d de recibir su medicament­o, como parte de la lista oficial para quienes deben llevar su día a día con una enfermedad crónica.

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