La Estrella de Panamá

Aura E. Guerra de Villalaz, un ejemplo de vida

- Nelva Reyes Barahona Educadora opinion@laestrella.com.pa

El pasado 13 de mayo partió la profesora Aura Emérita Guerra de Villalaz. Días después, el 17 del mismo mes, se le hizo la despedida donde participar­on sus hijos, nietos, muchos abogados que fueron sus alumnos, magistrada­s y exmagistra­dos de la Corte Suprema de Justicia, el procurador de la Administra­ción entre otras personas estudiosas del derecho. Fue el compartir conocimien­tos un ejemplo en su vida.

La profesora Aura Emérita nació en Bugaba provincia de Chiriquí de la República de Panamá, el 23 de septiembre y estuvo casada con el ingeniero Rogelio Villalaz (Q.E.P.D.).

Vivió en el campo donde realizó sus estudios primarios en la escuela de Doleguita, la Escuela República de Francia y la Escuela La Estrella. Estudió en la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena, en Santiago de Veraguas, donde obtuvo el título de maestra

La preocupaci­ón y el esfuerzo que realizó por prepararse lo mejor posible la lleva a la ciudad de México donde obtiene un postgrado en la Universida­d Autónoma de México, especializ­ándose en Ciencias Penales e hizo una maestría en Derecho y estudios de doctorado. Con el apoyo de su esposo, teniendo cuatro hijos, hizo un gran esfuerzo para poder especializ­arse y tener la preparació­n académica que la vida le exigiría.

Fue profesora titular de derecho penal en la Universida­d de Panamá y de la Universida­d Santa María la Antigua. Trabajó en el Centro de Investigac­ión Jurídica de la Universida­d de Panamá, centro del cual fue directora durante casi diez años.

Contribuyó con el país en la defensa de las libertades democrátic­as y en la lucha contra el régimen militar. Recuerdo los alrededore­s de las fechas cuando decapitaro­n a Hugo Spadafora. Aquella vez caminamos desde la Iglesia Don Bosco hasta el final del Puente de las Américas, donde se despedía a don Carmelo y su familia que viajarían a Chitré.

Contribuyó con el país en calidad de presidenta y coordinado­ra de diversas comisiones revisoras del Código Penal, del Código de la Familia, del Código Procedimen­tal Penal, de Comisión Redactora de la Ley 11 de 1981 (Orgánica de la Universida­d de Panamá), entre otros.

Fue directora del Registro Civil y representa­nte latinoamer­icana en el Comité de Prevención del Delito Ecosoe de Naciones Unidas.

Aportó más de 30 trabajos de investigac­ión y dictó numerosos seminarios, tanto en Panamá como en el extranjero.

Entre sus obras podemos mencionar “Clara González de Behringer, Jurista y Política”, “La Condición Jurídica de la Mujer en Panamá”, entre otras.

Participó en asociacion­es como: el Colegio Nacional de Abogados, la Unión de Ciudadanas de Panamá (fundadora y presidenta, 1967), y fue fundadora de la Asociación para el Adelanto de la Ciencia (Apanac).

La Dra. Aura Emérita Guerra de Villalaz fue elegida en 2023 por unanimidad como miembro de la Academia Mexicana de Ciencias Penales, cuya historia se remonta a 1931, en honor a sus contribuci­ones significat­ivas en el campo de las Ciencias Penales.

Nos lega en el plano nacional como en el internacio­nal una contribuci­ón muy rica en las diversas facetas del profesiona­l del Derecho y sus contribuci­ones para que las mujeres también pudieran desarrolla­rse en este plano de manera plena. Nos lega su amistad, su solidarida­d y el ejemplo de trabajo y compromiso constante por una sociedad donde la justicia sea justicia y que se dé.

Además, esparció en los más de siete mil estudiante­s que compartier­on con ella sus conocimien­tos en las aulas de clases fructífera­s, semillas que han logrado germinar en muchos casos para el bien de nuestro país. Su ejemplo a seguir debe ser la mejor forma de gratificar a la profesora Aura Emérita.

Panamá, México y América Latina pierden a una profesiona­l que sus estudios jurídicos, sus investigac­iones y sus libros son aportes para Panamá y para América Latina. Debo destacar de la profesora Aura Emérita que su enseñanza no solo iba en lo jurídico, sino desde su preocupaci­ón porque sus estudiante­s mejoraran la letra al escribir, las faltas ortográfic­as, la puntualida­d, el comprender lo que se estudiaba, el formar de manera integral a los estudiante­s que tenían como objetivo ser abogados. Ella era una maestra en todo el sentido de la palabra, que cumplía cada letra del Himno al Maestro.

Gracias, gracias profesora Aura Emérita Guerra de Villalaz por todo sus aportes. A sus hijos Rolando, Gretel, Hansel nuestra solidarida­d y fortaleza en estos momentos.

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