HABLEMOS DE CABALLEROS
Sí, hablemos un rato de caballeros, estos seres con los que, en ocasiones, no podemos vivir, pero sin ellos sería casi imposible. Quiero aclarar que estoy felizmente casada, madre de 2 hombres (19-17) y es increíble y fascinante como en ocasiones estos pequeños caballeros ven la vida tan diferente desde chicos a como lo veríamos nosotras las mujeres. Estas líneas no se tratan de una guerra de sexos, todo lo contrario, y lo digo con bases porque crecí entre 5 hermanas mujeres. En ocasiones, siento que mi misión en la vida es exclusivamente hacer de mis 2 hijos chicos de bien, con valores y principios, de bases sólidas para que puedan ser excelentes compañeros, padres y esposos el día de mañana, pero estas líneas tampoco se tratan de mis hijos, se tratan de estos caballeros que a veces nos sorprenden, otras veces nos disgustan, y muchas veces nos enamoran y nos cuesta comprender sus respuestas, comportamiento y actitudes.
Para poder entender, quiero citar las palabras del reconocido John Gray, con su guía práctica “Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus”, en la que explica a la perfección lo diferente que somos con vivencias reales y cómo resolver conflictos. “Sin el conocimiento de sus diferencias, los hombres y las mujeres se enfrentan unos a otros y, en general, nos sentimos frustrados o enojados con el sexo opuesto porque hemos olvidado esa verdad importante, ya que esperamos que el sexo opuesto sea más como nosotros. Deseamos que quieran lo que queremos y sientan lo que sentimos”. Esta actitud nos dispone a sentirnos decepcionados una y
“NO ES LA CARNE Y LA SANGRE, SINO EL CORAZÓN, LO QUE NOS HACE PADRES E HIJOS”.
otra vez y nos impide tomar el tiempo necesario para comunicar en forma afectuosa cuáles son nuestras diferencias.
Por eso, chicas, tomen el tiempo necesario para dialogar con sus parejas, comunicarles lo que sienten y lo que les gusta, ya que al final del día, de eso se trata, del poder compartir tu vida en pareja para crecer y madurar juntos y saber cuándo ceder, ya que por más que en ocasiones ellos nos disgusten, sería casi imposible vivir sin ellos...
A todos esos padres de familia, de sangre o de corazón, ¡feliz día!■