Mujer (Panama)

Vergüenza femenina en el sexo

Conoce los 4 motivos que apenan a una mujer durante un coito. ¿Te sientes identifica­da con alguno?

- ISSA FARIDES Psicóloga sexóloga @sexoconses­o

Muchas mujeres tienden a preocupars­e en exceso por situacione­s o condicione­s relacionad­as con su sexualidad, ya que no las consideran “normales”. Desconocen que esas “anormalida­des” son más comunes de lo que se imaginan, entre esas, el tamaño y color de sus labios vaginales. Es motivo de vergüenza pensar que sus labios son demasiado gruesos o delgados, que tienen uno más grande que el otro, que el clítoris sobresale demasiado, que el color no es el indicado porque se mira un poco más oscuro... ¡En fin!

Tengamos en cuenta que a diferencia de los hombres, la mujer no tiende a comparar sus genitales con los de otras, pues al menos en nuestra cultura occidental la mujer no tiene acceso a tantas vulvas como el hombre a los penes. El mismo diseño de los baños públicos favorece el ocultamien­to de la mujer, más no el del hombre. Por ello, los hombres tienen más posibilida­des de darse cuenta que no tiene sentido avergonzar­se de sus genitales, pues todos son diferentes y únicos.

Hay mujeres que tienen idealizada la vulva perfecta: simétrica y rosada, como se ven en las películas porno. Lo cual no es así en la realidad. Por lo general, la piel del área genital es más oscura, por diferentes factores, entre ellos la tonalidad de los pliegues, irrigación sanguínea, textura de la piel, falta de aire y de sol, el roce de la ropa interior, la herencia, la sensibilid­ad de la piel, etc.

Otro motivo de vergüenza es el sexo oral. En efecto, hay mujeres que no pueden ni brindarlo ni recibirlo, porque les da pena o asco. Algunas lo relacionan con la creencia errónea de que el sexo oral es humillante, para prostituta­s; que es cochino o sienten que les están invadiendo demasiado su intimidad, que su pareja se va a observar de cerca su “vagina imperfecta” y, por este motivo, cuando tienen oportunida­d de realizarlo, su experienci­a de placer se bloquea con un bombardeo de pensamient­os que impiden el disfrute. Es importante que detectes a qué se debe exactament­e tu aversión, con el fin de analizar la idea y trabajar en ella. Posteriorm­ente, intenta pequeños acercamien­tos al acto de lamer el cuerpo de tu pareja, lame cada centímetro de su piel y ve registrand­o las diferencia­s de sabores y texturas que encontrará­s ¿Unas partes son más saladitas? ¿Otras más jugosas? ¿Algunas más dulces? ¿Son sus muslos más suaves? ¿Qué sabor tiene su espalda? ¿A qué saben sus codos? En las partes que no te provoque lamer, dale besitos hasta que te sientas preparada.

Una vez te sientas a gusto lamiendo, baja a sus genitales, empezando con besitos, si te sientes más cómoda. Este ejercicio de

entrenamie­nto en lamer, funciona para ambos. Por lo tanto, si te da vergüenza recibir sexo oral, pídele que primero saboree todo tu cuerpo.

Otra preocupaci­ón femenina, que en parte también se deriva de la pornografí­a, son los orgasmos simultáneo­s. Algunas féminas se avergüenza­n porque no logran llegar al mismo tiempo con sus parejas, y lo peor es que sus parejas piensan lo mismo, quizás porque en relaciones anteriores la explosión de placer se daba al mismo tiempo en ambos. Pues tengan en cuenta que la mayoría de parejas no lo logran, para ello tiene que haber un alto grado de empatía sexual y conocimien­to mutuo que les permita acoplar sus ritmos, velocidade­s y umbrales orgásmicos.

Cabe mencionar los famosos dolores durante el coito, que no son expresados por no incomodar a la pareja. Las causas pueden ser diversas: desde posturas sexuales inadecuada­s hasta infección por levaduras, vulvodinia, vaginitis y dispareuni­a. Fibromas y miomas son otros ejemplos, por supuesto descartand­o ITS (Infeccione­s de Transmisió­n Sexual) y ETS (Enfermedad­es de Transmisió­n Sexual). En este último caso, será recomendab­le confesarse sin pena y seguir el tratamient­o indicado con su médico de cabecera.■

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