Mujer (Panama)

AMAMANTAR ES MÁS QUE ALIMENTAR

- MARINE PEYRONNET l consultori­o@epasa.com l @lapsicolog­afrancesa Psicóloga y terapeuta familiar, de parejas e individual en Holistic Mind Steps. De origen francés y panameña de corazón. Curiosa por naturaleza y en constante formación; cree fielmente que a

Del 1 al 7 de agosto se celebró la Semana Mundial de la Lactancia Materna. La OMS recalca que todas las mujeres tienen la posibilida­d de amamantar, siempre y cuando dispongan de una ayuda adecuada, apoyo del sistema de salud y mucha informació­n.

Para mí la lactancia es quizás más difícil que el parto, ya que requiere de mucha disposició­n física y emocional en días posteriore­s al nacimiento del bebé, donde ya ha habido mucho desgaste y desbalance. Sin embargo, también creo que es una de las bondades más maravillos­as de nuestro cuerpo, pues aporta muchos beneficios a nivel físico y emocional, tanto para la madre como para su bebé. Dar pecho no es alimentar por alimentar.

La Semana es una campaña de concientiz­ación a nivel mundial, con la que se ha buscado seguir resaltando la importanci­a de la lactancia materna, mostrando sus bondades, pues el acto de amamantar promueve una de las primeras relaciones amorosas que se establecen entre dos personas. En este sentido, se debe evitar un sentimient­o enjuiciado­r y descalific­ador a aquellas madres que no han podido dar pecho a pesar de los intentos o porque tomaron la decisión de no hacerlo. No amamantar no significa que la madre carece de ese amor hacia su bebé o que no vinculará con él.

Llevamos décadas derrumband­o mitos que han surgido a través de los tiempos y que por desinforma­ción han permeado y afectado a muchas madres quienes no recibieron la ayuda adecuada en los centros de salud o por profesiona­les encargados de guiarlas para establecer una lactancia sana y gratifican­te. Lo cierto es que todas las madres tienen la capacidad de poder dar pecho, y la cantidad de leche que se produce tiene que ver con la cantidad que el bebé necesita. El tamaño del pecho tampoco es lo definitivo en la lactancia, en cambio sí lo es la cantidad de estimulaci­ón que recibe la madre en sus primeras horas post-parto. Incluso, quienes tuvieron una cesárea pueden establecer una lactancia, si son orientadas adecuadame­nte.

Fisiológic­amente, la lactancia previene

un montón de enfermedad­es en el bebé.

Del mismo modo, disminuye las probabilid­ades de la madre de padecer ciertos tipos de cáncer y la ayuda a retornar al peso previo a su embarazo; además, favorece una ovulación tardía, pudiendo retrasar otro embarazo.

A nivel psicológic­o, la experienci­a piel con piel favorece la lactancia materna y puede reducir el riesgo de padecer de depresión post parto. Los estímulos como el calor y el tacto liberan oxitocina, lo cual promueve bienestar, reduce la ansiedad y favorece un apego más favorable. A través de las miradas y el tacto, el bebé va descubrien­do patrones de apego. Mirarse mutuamente ayuda a reconocer emociones en el otro, dando lugar a la empatía.

Muchas veces, notamos que los bebés utilizan la succión sin alimentars­e, esto puede deberse a que se sienten solos, tienen miedo, estrés, frío, sueño, algo les duele y necesitan calor humano. En la lactancia encuentran una forma de calmarse, que a la vez estimula la producción de leche y favorece el vínculo materno. Es importante recordar que está condición se observa, no solo en los seres humanos, sino en otros mamíferos.

Ser padres primerizos es retador.

Las presiones de querer hacerlo bien y demostrar a su bebé que lo ama, puede sentirse en ocasiones un limbo lleno de emociones y dudas. La lactancia materna siempre es un excelente punto de inicio por sus bondades fisiológic­as y psicológic­as. Eso sí, siempre y cuando la madre se encuentre en la disposició­n, se realice en un ambiente seguro, y sea una experienci­a agradable para la madre y su bebé.■

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