TENER UN BEBÉ
haber vivido cada momento mágico de la dulce espera.
El momento del parto
ma; pero con un trabajo profesional del doctor y pruebas de nuevos equipos, pudo darse que yo estuviese”, detalla. Al final, todo salió mejor de lo esperado. “Mi experiencia en el parto (natural) fue muy buena, ni siquiera sentí que había una pandemia en ese momento”, recalca Ana Paula. Thiago Arturo nació a las 6:31 de la mañana, del 2 de mayo.
Llegar a casa
Expertos en salud han señalado que para evitar la propagación del virus, las embarazadas deben practicar las mismas medidas de prevención que el resto de la población: cuarentena, usar mascarilla, distanciamiento social, lavar con frecuencia sus manos con agua y jabón, cubrir la tos y los estornudos con el codo flexionado o con un pañuelo desechable y evitar tocarse con las manos sucias ojos, nariz y boca.
Los nuevos papás lo saben y han tomado las medidas pertinentes, aunque eso signifique un sacrificio. “Con el tema del distanciamiento estoy súper triste porque no he podido ver a mis seres queridos y ellos no han podido conocer a Thiago, solo por videollamada; pero es algo necesario ahorita y sé que pronto estaremos todos juntos disfrutando”, dice Ana Paula.
Las hermanas de Thiago tampoco pudieron visitarlo al principio, a pesar de que estaban muy emocionadas con la llegada del bebé. “Cuando estalló el coronavirus aquí en Panamá no las vi por un buen tiempo, ya que lo mejor para ellas era no salir de su casa; pero ya con las medidas adoptadas por las autoridades de salud he podido compartir con ellas y que conozcan a su hermano”, asegura Adrián. Menciona que las mellas han tomado muy bien el nacimiento de su hermanito menor. “¡Increíble! Están todas atentas a él, ayudan en todo lo de él, quieren cargarlo, están enamoradas”.
A pesar de las circunstancias, la pareja se las ha ingeniado para adaptarse a la nueva normalidad y disfrutar la llegada de su pequeño. Incluso, han hecho fiestas virtuales para celebrar el acontecimiento. Para evitar el contagio, Ana Paula también se asegura de comer saludable, lavarse las manos frecuentemente y permanecer en casa. Adrián es quien sale, y al regresar debe quitarse todo en la puerta y bañarse de inmediato.
“Es obvio que ahora todo es diferente, debemos tener una higiene impecable, prácticamente estar solos y ni siquiera salir de la casa. Es difícil, pero es la situación, y hay que adaptarse. Cuando pase nos desquitaremos, porque nos encanta pasear, más que todo al interior del país”, asevera Adrián.
Lecciones de vida
Las autoridades sanitarias recomiendan mantener el contacto piel con piel de la madre y el bebé, y ofrecer lactancia materna, incluso si ella tuviera COVID-19, debido a sus beneficios. Ana Paula asevera nunca haber dudado en dar pecho. “Siento que esa es la mejor manera para proteger a mi bebé”. Sobre ser primeriza en una pandemia, la madre confiesa que lo más difícil es la parte mental. “Por el resto, siento que es la misma situación que cuando no habíaCOVID-19, ya que los primeros meses del bebé no se debe sacar, así que igual estaría en casa con él estos meses”.
Aunque no es fácil vivir una pandemia, Ana Paula es consciente de que siempre hay lecciones que aprender. “Primero, que uno debe disfrutar cada momento junto a su familia y seres queridos, porque es muy duro estar lejos de ellos, especialmente en esta etapa tan linda que estoy viviendo. Segundo, hay que apreciar todos los momentos de la vida”. Adrián coincide con Ana Paula y reflexiona que en un futuro le enseñará a Thiago de toda esta crisis “que debemos saber valorar las cosas simples de la vida como el abrazar, dar un beso, saludar, visitar, etc. Cuando podíamos, tal vez no lo hacíamos mucho, y ahora hace falta, más con tus seres queridos”.■
Da tristeza pasar frente a esos lugares. Todas las cortinas de metal están cerradas. En el que más me gusta, pusieron una bandera de Panamá. Una señal de solidaridad y unidad en los tiempos de la pandemia. Gran parte de mis salarios han terminado en esos lugares. Estoy seguro de que cuando muera pondrán una placa que diga: “En honor a Incógnito, que tantas veces vino por aquí”. Hace unos años tuve una amiga que odiaba los ‘push’. Los detestaba. Encontrarse con ella era de las cosas más complicadas del mundo, porque –si bien sobraban las ganas mutuas de intercambiar… anécdotas, claro está– cada encuentro era bastante oneroso para el bolsillo de su incógnito servidor. Por razones que no explicaré, ni mi casa estaba disponible ni la de ella tampoco, por lo tanto, cada vez que hacía calor, había que romper el cochinito y ajustar el presupuesto.
- Los ‘push’ son asquerosos, quién sabe cómo limpiarán esos lugares; además alguien me puede ver.
- ¿Una pensión?
- No. Entras ahí caminando, todo el mundo te ve. No quiero entrar a ningún lugar con palos en la entrada. ¡Jamás! - ¿Un hotel?
- Sí, que no esté expuesto, alguien nos puede ver.
Un día hacía mucho calor, pero el presupuesto era poco, la quincena estaba lejos e Incógnito se encontraba, básicamente, limpio.
-Tienes que ser muy perro para pedirme que yo pague el
Un par de años después, el mundo es un pañuelo, Incógnito y la dama en cuestión se reencuentran por mera casualidad. La rabia había pasado, la vida había dado muchas vueltas, y sin embargo, los ‘push buttons’ seguían siendo lugar vetado. Al ver que hay costumbres que se mantienen, su servidor aprovechó algunas noches de calor y, a la tercera, como dirían en el argot del póquer, “foldeó”.
Dicen que no has pasado por ho- la pandemia si no le has tirado tel. De los perros a alguna ex. Incógnito todas formas, yo sabe que es cierto. también estoy limpia. Curiosamente, una noche, - Bueno, a esperar. termina conversando con su - ¡No! ¿No hay otra opción? amiga a la que no le gustaban - Ya tú sabes cuál es. los ‘push’. Aunque llovía, el Cuarenta y cinco minutos y clima se puso caliente. Eso mucha discusión después, sucede cuando uno recuerda terminamos en uno de esos viejas épocas. En fin, en medio lugares donde “las señoritas de la conversación, ella decentes no van”. ¡Qué desastre! dijo la frase que es el mensaje Nada fluyó. 20 minutos del texto de hoy: Estoy tan y $15 dólares menos, y mucha cansada de la cuarentena, que discusión después, ella se bajaba si me dices que lo primero del carro, con un portazo que abren son los ‘push’, me y una amistad rota. voy contigo de una (carita de ¡Qué trastada! Pero a reina monito tapándose los ojos). muerta, reina puesta. ‘C’est la Éramos felices y no lo sabíamos…■ vie, keep walking’.