COMER SALUDABLE,
para evitar salirte del presupuesto. La segunda es hacer un bosquejo o menú semanal de lo que pretendes preparar, esto te facilitará planear con anticipación y podrás contemplar aspectos como variar, reutilizar o hacer con un alimento ya preparado otros platillos.
Es cierto que existen productos en el mercado que son saludables y tienen un costo más elevado que otros, sin embargo, no es imperativo que los añadas en tu lista ni te aseguran bajar de peso solo por comerlos; por ejemplo: las harinas de almendras, la quínoa o la bebida de almendras.
Qué considerar
Para lograr una compra accesible y saludable debes tomar en cuenta:
- Elegir productos nacionales y que estén en estación. Tu menú familiar debe ser versátil y ajustarse a las temporadas del año, de este modo aprovecharás, por ejemplo, el aguacate cuando esté más económico; cuando su precio sea más elevado, podrás consumir otro tipo de fuente de grasa como las aceitunas o simplemente algún aceite saludable como el de oliva.
- Comprar en mercados libres. Hazlo cuando las can
tidades son más grandes, así te ahorrarás algunos centavos.
- Lo empacado a veces puede ser más costoso. Sobre todo con los productos como empacados al vacío, frescos pero ya pelados, e incluso algunos congelados. Ese trabajo extra que nos ofrecen tiene un valor adicional. Si bien es cierto nos ahorrará mucho tiempo a nosotros comprarlos en esta presentación, también podrías organizarte una sola tarde para pelar todo y congelarlo de la misma forma, así tenerlo listo durante la semana y ahorrarte ese dinero adicional. Es más común en el caso de las verduras, frutas y otros.
- Siempre comparar. A veces nos dejamos llevar solo por el precio, pero es importante que compares el contenido en gramos neto del producto; de este modo sabrás si te es más conveniente congelado o fresco. Ambas formas son saludables, pero no olvides que el enfoque es ahorrar dinero.
- Buscar opciones alternativas. Aunque no queremos gastar tanto, no debe significar que escojamos opciones de poca calidad nutricional o con ingredientes que nos perjudiquen la salud. Eso sería ahorrar hoy, pero gastar mañana, ¿no crees? Es por eso que debemos tener especial cuidado con los enlatados. En general, te recomiendo que cuando los compres leas sus ingredientes, si tienen mucho más de cinco es probable que se trate de un producto muy procesado. Idealmente debe contener el producto en cuestión, ejemplo, guandú, y adicional otros como agua, sal, y quizás algún aditivo como antioxidantes. Evita aquellos enlatados que tengan colorantes artificiales, glutamato mono sódico, azucares refinadas mayores al 10% de su peso neto e igualmente aceites como soya, girasol, maíz y palma.
- Opciones alternativas. En lugar de carne, comer arroz + menestra, al unir ambos se complementan y forman una proteína de buena calidad nutricional.
MÁS FRESCOS
De igual forma podrías comer atún enlatado o sardinas enlatadas; el huevo también es una genial y económica opción.
- No botes nada, todo sirve para después. El congelador es tu mejor aliado, por eso es importante hacer los pasos desde la lista de mercado, porque así te tomas los minutos para ver qué hay en la nevera y la alacena, qué está por expirarse, qué tiene mucho tiempo allí y ya debe usarse antes de perder ese dinero; si no te es posible usarlo, siempre tendrás la opción de congelarlo o dárselo a alguna familia que esté cerca y lo pueda aprovechar.
Algunos alimentos que van muy bien congelados son: proteínas como el pollo, la carne en sus guisos, menestras, arroz, pasta, verduras ya peladas, vegetales a punto de dañarse (los puedes usar para el guiso licuándolos), entre otros.
- Haz un huerto casero Según tu disponibilidad de espacio y herramientas, esta es una idea útil para esta temporada en la que estamos. Te recomiendo utilizar las semillas de lo que vas comiendo como tomates, ajíes, culantro, etc. Puedes buscar videos que te ayuden a ir creándolo.■
Cuando compres tus alimentos frescos es importante que los dividas para desinfectarlos y luego organizarlos. Las frutas como uvas y manzanas se deben guardar bien secas, en recipientes. Otras como las bananas y piñas pueden ir afuera de la nevera.
En el caso de los vegetales con hojas debes lavar cuidadosamente, y si es posible sacando hoja por hoja; los puedes colocar en un envase plástico o de vidrio, con un papel toalla debajo y por encima para que te duren dos veces más.
Las verduras se deben almacenar afuera de la nevera, en un lugar fresco, oscuro y seco.
Evita dejar los alimentos dentro de las bolsas plásticas, y si deseas congélalos ya pelados para que te duren al menos dos meses.