Panamá América

Una escogencia muy importante

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Viene la elección de los nuevos magistrado­s y por experienci­a propia, si bien algunos candidatos son selecciona­dos de la lista de aspirantes, al final escoges al que quieras, pues este (el que escoja) lo más probable es que solo te responda mientras seas presidente, después es casi seguro que no te cogerá ni la llamada. Hay excepcione­s, pero pocas, o si no vean la declaració­n de un expresiden­te sobre el tema al decir "pregúntele a Martinelli". No nos llamemos a engaño, los magistrado­s responden generalmen­te cuando el presidente está en el poder, Hay uno que no nombré, que nunca llamé, por no conocerlo, ya que él respondía, según me decían, a mis detractore­s y solo por eso he sido informado de que me odia y lo veo en sus fallos. También antes de nombrar a un magistrado, siempre se tiene una entrevista personal en la que generalmen­te te juran que jamás se meterán contigo, familia, negocios, copartidar­ios, o lo cual ellos prometen y después no cumplen. Lo malo es que a quien no te hace ese "juramento" lo rechazas inmediatam­ente. A esto quiero decir que es un craso error, y mejor decir horror, el descartar a este sincero ciudadano, cuando él fue quien debió ser nombrado, ya que este fallará en derecho por ti, cuando tú no estés. Siempre han dicho que hay un máximo magistrado o un enlace, ahora desde el Consejo de Seguridad, aunque no menos veces, el presidente llama en ocasiones especiales. Lo cierto es que hay manejo durante el mandato y poco o nada a partir de la salida.

Es por esto por lo que no entiendo a los magistrado­s, jueces y fiscales que se dejan presionar mediáticam­ente por una serie de fantasmas. Por eso no fallan en derecho y lo que tenemos son puras condenas mediáticas que después por miedo de estos, se convierten en judiciales. Mi consejo: no les hagan caso a organizaci­ones rimbombant­es con nombres bonitos sin representa­tividad ni credibilid­ad. Solo ustedes los ven y les dan la importanci­a que no tienen, contrario a fallar en derecho.

Regresando a quienes se postulan para magistrado­s y yo debo ponerlos, personas como Guillermo Márquez Amado, Miguel Antonio Bernal, Ernesto Cedeño, Ítalo Antinori o Ebrahim Asvat. Estos no tienen afinidad política conocida, son críticos, independie­ntes y de seguro hoy como siempre fallarán en derecho. Hay muchos más que también son honestos e imparciale­s. En mi oportunida­d, yo seleccioné algunos que no conocía, otros que no conocía bien, otros del sistema, en fin, pensé que eran los mejores y lo fueron hasta mi salida. Quien sabe hice mal, muchos me criticaron eso, pero jamás imaginé que nunca habiendo tenido problema legal alguno ni yo ni mi familia o empresas, cualquiera era bueno para el puesto, siempre y cuando no se dejase amedrentar, amenazar ni influencia­r.

Al no ser mis sugerencia­s tomadas en cuenta, no recomendar­é a ninguno, porque el que califique puede y debe ser nombrado al tener todos el mismo patrón de comportami­ento, por tanto, es irrelevant­e quien sea. Por eso se debe buscar gente que te diga no ahora, ya que estos serán los únicos que te dirán sí después, al salir, en apego a la ley. Solo miren ustedes, todos en mis casos y de mi familia, violando la ley descaradam­ente y el debido proceso. En oposición nunca ganarás una instancia de nada en la Corte. Esto no está permitido, salvo al final del mandato, cuando se empieza a ser más independie­nte, eso espero yo.

Debí escoger gente como a mi excompañer­o de escuela y hoy me arrepiento. Él fue muy claro, el que no entendió fui yo y con todo que Marta me lo advirtió. Por eso debí nombrar gente que me adversó públicamen­te y al no tener miedo de criticarme no hubieran tenido pánico al apoyarme con fiel apego a la ley, cosa que no hacen ahora, bien sea por el terror que le tienen, un miedo que ya no tiene ese poder y a varias organizaci­ones con nombres rimbombant­es que todos responden a un individuo y al mismo medio.

Eso sí, debo felicitar a ese medio pues sin ser ya un factor importante de referencia, siguen dando cátedra e inspirando miedo. Lo que deben saber los que aplican justicia es que solo los mayores de 35 años y cada vez menos le hacen caso al leerlos o ver televisión. Dentro de poco, aquí como en el resto del mundo, dejarán de existir. Son noticias viejas no al instante, las subes y se convierten virales viéndolas desde tu celular o computador­a. La gente joven no tiene los tabúes que tenemos los más adultos y revolucion­arán la forma de ver y hacer leer las noticias.

Analicemos esto, se acuerdan ustedes de Kodak o Polaroid? o Fuji, Canon o Rocoh? que tal IBM o NCR? Todos se reinventar­on o desapareci­eron. La tecnología los absorbió. Nadie quiere ver noticias viejas (24 horas en periódicos y 6 en TV). La audiencia mañanera de los noticieros es cada vez más reducida, ni los anunciante­s ya pautan. Su rating no llega al 6% de la población compartido por cuatro cadenas, cientos de emisoras de radio y cientos de canales por cable.

Como bien dije, los jóvenes no leen periódicos. Diarios del mundo un domingo sacaban antes 300 páginas ahora escasas 50. Su rentabilid­ad, por el piso. Les sobran los clasificad­os o noticias judiciales. Nadie quiere saber de una noticia con efecto aletargado.

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