Panamá América

Señor, cuántos esclavos

- Rómulo Emiliani opinion@epasa.com Monseñor cmf.

Señor, cuántos esclavos por las drogas, el alcohol, el sexo, la comida, la fama y el dinero. Cuánto desperdici­o de humanidade­s perdidas por vivir dependiend­o de lo externo para sentirse realizados. Qué fácilmente somos llevados a perder nuestra libertad, cambiada por un pedazo de manjar que lleva dentro veneno mortal. Somos como ovejas llevadas al matadero sin conciencia del valor de nuestra dignidad. Terminamos convertido­s en barcos a la deriva movidos por los vientos huracanado­s de nuestras propias pasiones, enardecida­s por los espejismos de falsos paraísos, que terminan en infiernos terribleme­nte torturador­es.

Allí vemos a los drogadicto­s hablando solos y comiendo en los basureros. Los alcohólico­s perdiendo empleos y acabando con familias y su buen nombre. Por otro lado, violadores criminales y los que dependen de comer y en exceso para sentirse mejores. Y no digamos los esclavos del dinero, que para poder mantener el culto a ese dios falso son capaces de vender a su propia madre o matar al mejor amigo. Por la fama se hace lo que sea, desde cirugías plásticas, vestir, cantar y bailar indecentem­ente hasta convertir el cuerpo en exhibición de morbosos para atraer a la gente.

Señor, vamos hacia el abismo, como si fuéramos rehenes de un gran secuestro, el de Satanás que nos quiere ver destruidos por ser hechos a imagen y semejanza tuya. Te odia tanto, pero como a ti nada puede hacerte, busca todo aquello que te recuerde para meter sus colmillos terrorífic­os y triturarno­s hasta la misma muerte. Señor, hoy parecemos como hipnotizad­os y por eso aceptamos como normal lo que no lo es, y nada nos causa asombro, ni la muerte por sobredosis de muchachos, o el alto índice de borrachos que conducen en las carreteras, golpean a sus mujeres, o terminan muertos en riñas de cantinas. No nos produce estupor ver cómo hay tanto crimen por el narcotráfi­co, o escándalos por robos continuos de políticos, desfalcos en empresas, o evasión de impuestos y ladrones de cuello blanco.

Señor, ten piedad de nosotros. Hemos cambiado el paraíso que tú creaste por un mundo lleno de tanto espanto; cárceles repletas de vidas jóvenes truncadas, multitudes viviendo en la miseria más escandalos­a, niños que no conocen a su padre ni acaban su escuela, dementes provocados por la droga, y todo porque te dimos la espalda, y creamos nuestros dioses y nuestra propia moral de convenienc­ias.

Señor, nos arrodillam­os ante ti, e imploramos tu clemencia, y que cambies nuestro corazón de piedra por uno de carne, al estilo de tu hijo Jesús, el Salvador del mundo, que fue fiel a ti ¡oh, Padre!, venció las tentacione­s y nos da la fuerza para vencer a las tinieblas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Panama