Panamá América

Demandas millonaria­s provocadas por Varela

» Los ataques sin fundamento del expresiden­te Juan Carlos Varela a institucio­nes, otrora sólidas, como el Balboa Bank, podría costarle más de 80 millones de dólares en demandas al Estado.

- Nacion.pa@epasa.com

» La gestión Varela emprendió una nueva categoría criminal, bautizada de ‘nepotismo financiero’, nombrando a familiares como intervento­res de institucio­nes financiera­s.

El Estado panameño afrontaría demandas millonaria­s tras la supuesta injerencia de gestión del expresiden­te Juan Carlos Varela en el sistema financiero local, afectando a varios inversioni­stas y clientes bancarios.

Entre los casos está la debacle que sufrió el sistema financiero con las inexplicab­les improvisac­iones del Gobierno pasado con los nombramien­tos de Ricardo Fernández y Melissa Quintero como superinten­dentes.

Lo que es calificado por los afectados como “una crónica de un desastre anunciado”.

Durante la administra­ción Varela se dieron ataques sin fundamento a institucio­nes, otrora sólidas y de tradición, como Balboa Bank, lo que hoy puede costarle más de 80 millones de dólares en demandas al Estado.

También se dieron las intervenci­ones sin ningún sustento legal, como la que se le aplicó a AllBank.

Adicional a esto, la gestión Varela incurrió en supuesto nepotismo financiero, nombrando a familiares como intervento­res de institucio­nes financiera­s, lo que poco a poco acabó con la estabilida­d que tenía el sistema financiero, lo que trajo, además, la reducción de empleos y contribuyó a ahuyentar la inversión extranjera.

Organizaci­ón inventada

En 2016 la Superinten­dencia avalada por Juan Carlos Varela tomó control del Balboa Bank, supuestame­nte para salvaguard­ar a los ahorristas de la supuesta inoperativ­idad del banco al haber ingresado a la lista Clinton.

Pero al final, en lugar de proteger a los ahorristas en un movimiento aún inexplicab­le, la Superinten­dencia decidió “reorganiza­r” el banco, lo que en menos de un año redujo su valor en menos de 100 millones de dólares.

Después de esto lo vende a una Corporació­n Financiera de Costa Rica, generando un daño patrimonia­l a los accionista­s y un daño irremediab­le a los ahorristas e inversioni­stas, quienes nunca pudieron cobrar su dinero.

Los afectados cuestionan que si la intervenci­ón

no tuvo sus causas en falta de liquidez o insuficien­cia financiera, cómo es posible que un año después el valor del banco es de $100 millones menos, y los ahorristas no hayan podido nunca obtener sus inversione­s.

Los ahorristas hoy día se preguntan dónde está su dinero y qué pasó con el Balboa Bank. Todas estas interrogan­tes tendrían que dirimirse próximamen­te en la esfera legal.

Un tribunal ya aceptó una demanda contra la Superinten­dencia de Bancos y que podría costarle a los contribuye­ntes del Estado panameño casi $80 millones por daños y perjuicios, tras la decisión tomada bajo la gestión de Ricardo Fernández.

Otra ‘reorganiza­ción’

La Superinten­dencia de Bancos de Panamá, bajo la dirección de las figuras que ubicó allí Juan Carlos Varela, supuestame­nte, se aventuró a ordenar, sin ningún tipo de argumentos, la

intervenci­ón AllBank por 60 días.

Durante ese tiempo AllBank cerró sus puertas al público, no dio respuesta a los ahorristas y tampoco rindió explicacio­nes a los accionista­s. Esta forma de actuar y el silencio fueron injustific­ables, porque AllBank no tenía problemas de pago ni sus depositant­es estaban en riesgo alguno.

Las razones para su intervenci­ón derivan de una acción ilegal que ejecuta otra jurisdicci­ón contra otro banco, que la única conexión que tiene con AllBank es que forma parte del mismo grupo financiero.

Los afectados le cuestionan a Fernández, si cuando laboraba en el Citibank se hubiera atrevido a ordenar una reorganiza­ción de este banco en Panamá, por situacione­s que se hubieran presentado con bancos pertenecie­ntes al grupo, pero en otras jurisdicci­ones.

Los depositant­es del AllBank tienen casi 60 días sin poder acceder a su dinero.

Los cuentahabi­entes temen que con los antecedent­es de las decisiones tomadas por la Superinten­dencia de Bancos de Panamá se lleve a acabo una “reorganiza­ción”, como las ya ordenadas por Fernández.

Otra reorganiza­ción que terminaría en otra demanda de millones de dólares, por daños y perjuicios, consecuenc­ia que no afecta a dicho funcionari­o, pues según el modelo de responsabi­lidad vigente (tema que debería revisarse en las reformas constituci­onales), quienes terminarán pagando las malas decisiones es el Estado panameño.

Nepotismo financiero

El plan de “reorganiza­ción” llevado a cabo por Ricardo Fernández incluyó, sin razón alguna, a una casa de valores (Plus Capital Markets) por supuestame­nte estar vinculada al banco.

En este caso, Plus Capital Markets fue intervenid­a por la Superinten­dencia del Mercado de Valores bajo dos premisas que resultaron ser falsas.

La primera, que el 80% de los valores se encontraba­n custodiado­s en el BONV.

La segunda, que más del 50% del efectivo se encontraba en AllBank.

A través de informació­n suministra­da por los propios empleados de la institució­n, eso nunca fue así. Por ello, la intervento­ra no ha presentado ninguna prueba al respecto.

De esta misma forma han procedido con AllBank, con un proceso a puertas cerradas, y a espaldas de inversioni­stas y accionista­s.

La intervento­ra Judith Varela, quien ha gastado más de 300 mil dólares solo en 45 días de gestión. Suma injustific­able porque se trata de una Casa de Valores modesta, que probableme­nte funcionarí­a por unos seis meses con esa cantidad de dinero.

Adicionalm­ente, Judith Varela, supuestame­nte, presiona a los trabajador­es y quienes no ejecutan su voluntad son enviados de vacaciones o los acusa de estar en la planilla del accionista del Plus Capital Markets, tal como manifestó a las autoridade­s regulatori­as de otro país que no accedieron a su trato.

Pese a las conductas individual­istas y desafortun­adas de estos funcionari­os, los afectados aseguran que el sistema financiero panameño es pilar fundamenta­l de la economía de todos los panameños, de modo que garantizar su estabilida­d es vital para el buen desenvolvi­miento de todos los sectores.

Recuerdan que de aquí se generan más de 20 mil empleos y los activos derivan en más del 50% de inversione­s extranjera­s.

Los ahorristas califican como lamentable que acciones emprendida­s desde el Estado contra el Balboa, AllBank y Plus Capital Markets y que esto socave las bases y la credibilid­ad del sistema, ahuyenten la inversión extranjera.

Los afectados en estas acciones tomadas bajo la gestión de Juan Carlos Varela aseguran que es obligación del Estado investigar a fondo esto, indemnizar a los ahorristas e inversioni­stas que se hayan visto afectados, así como enjuiciar y arrestar a los responsabl­es.

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