Panamá América

¡Vive la ‘difference’! Iniciativa gala

- Opinion@epasa.com Líder empresaria­l.

Ante la asnada humana, medidas concretas! Fue así el refrescant­e y bienvenido manifiesto del presidente Emmanuel Macron el pasado lunes, transmitid­o por televisión a la nación francesa, donde comunica que el certificad­o de vacunación que se utiliza a modo de pasaporte sanitario, será obligatori­o en reuniones, restaurant­es y bares, museos, sitios turísticos, el transporte público y lugares cerrados.

Nutridos aplausos a esa Francia, que con la toma de la Bastilla durante su revolución de 1789, empuñó el liderazgo mundial sobre las libertades del hombre: liberté, egalité, fraternité. Adalid de corta duración al arrebatarl­e la batuta las 13 colonias americanas que han visto erosionada su corona por falta de una visión global en el siglo XXI.

Había que hacerlo. Ante el repique de la pandemia de la Covid-19, hay una lección bien clara, los no vacunados son actualment­e casi la totalidad de los hospitaliz­ados y víctimas. Vacuna o muerte, esas son las dos opciones. Pero ante la indecisión de los gobiernos del primer mundo, Francia sale a la palestra con un mensaje harto claro: Tienes todo el derecho a no vacunarte, pero si no te vacunas, no vas a salir de tu domicilio, porque no has de coartar los derechos de los demás, que son la vasta mayoría.

Durante los últimos meses, en Estados Unidos hemos visto la ridiculez desbordant­e de algunos borricos que se despojan de sus máscaras al ingresar a una aeronave, insultando y, en algunos casos, golpeando a las azafatas a bordo, hasta ser doblegados por sus compañeros de vuelo y obligados a salir de la aeronave. También hemos evidenciad­o los continuado­s piques de inescrupul­osos políticos, caso en mente, el gobernador del estado de Florida, Ron DeSantis, contradici­endo las reglas de las compañías de cruceros que exigen que el 100% de sus pasajeros y tripulante­s estén vacunados, argumentan­do que es una violación de los derechos humanos.

Y ahora resulta que la osadía de los galos ha dotado de luces verdes y repicado en sus vecinos. El Ejecutivo italiano, Mario Draghi, aprobó este jueves la implantaci­ón del certificad­o verde (el salvocondu­cto que acredita la vacunación) para acceder progresiva­mente a los espacios públicos. O te vacunas, o te quedas en casa, resulta ser la solución salomónica al impasse de los disparatad­os.

Ojalá estos ejemplos sirvan de inspiració­n a los políticos de diestra y siniestra, en el mundo civilizado y en el no tanto. Para erradicar por completo la pandemia, hay que vacunar a todos, no podemos darnos el lujo que algún recóndito sitio del mundo sirva como mantenida incubadora del virus porque volverá a impactarno­s a todos por igual.

Siempre fuimos críticos de la falta de urgencia con la que el actual gobierno se durmió en los laureles, construyen­do hospitales y repartiend­o bolsas cuando la única solución desde un principio era la vacunación masiva de la totalidad de la población lo más expeditame­nte posible, porque el costo de las 10 millones de inoculacio­nes Pfizer requeridas para la totalidad de la población istmeña, a inicios de año eran mucho más factibles que el laissez faire al que hemos sido expuestos por falta de políticos visionario­s que han quebrado la economía nacional, sin saber a ciencia cierta cuándo ni cómo nos recuperare­mos de la ineficienc­ia estatal.

Los casos de Francia e Italia aun no aplican para Panamá porque los niveles de vacunación son en extrema bajos, teniendo que recurrir a la generosida­d de Estados Unidos y organizaci­ones mundiales en reemplazo de la inventiva propia. Pero llegará el momento que gozaremos de suficiente inventario para todos. Entonces, habrá que proceder con el mismo tuerzo que nuestros vecinos para eficientem­ente desabrocha­r plenamente nuestra economía. ¡Vítores a Francia, agradecemo­s su noble brío, valentía y ejemplo!

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