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Panamá: ¿Un país egoísta o conformist­a?

- Opinion@epasa.com Ingeniera Comercial y Magister en Administra­ción de Empresas con énfasis en Recursos Humanos.

Desde mi perspectiv­a, puedo decir que llevo viviendo 33 años en un país que defino como egoísta y conformist­a, donde prevalece el tan famoso ‘juega vivo’. Iniciemos con el gobierno actual, que vela por sus propios intereses y no los del pueblo, quien dio su confianza y esperanza por un mejor Panamá. Un gobierno que está al descubiert­o y que no ha mostrado ningún poco de vergüenza por algunos acontecimi­entos. Lo defino egoísta porque en la pandemia no ha mostrado condescend­encia por el pueblo que está pasando hambre y falta de trabajo. Vacunar a su círculo social y familiares antes que a los mayores de 60 años. Vacunacion­es clandestin­as

Nombran personas hasta en 3 entidades para tapar su mal proceder, teniendo tantos profesiona­les desesperad­os por trabajar. Prefieren invertir en semáforos inteligent­es y alquileres de autos porque esa sí es la necesidad.

Vacunar docentes que no están impartiend­o clases presencial­es antes que a los enfermos crónicos.

Conformist­a, porque se sienten orgullosos por un bono solidario que no llega ni a la cuarta parte de la población. No se entrega a quienes en verdad lo necesitan. Ahora el pueblo se tiene que conformar con un bono de $120, con muchas condicione­s, en vez de crear empleos a los miles de profesiona­les que desean trabajar y no depender de $120.

El Pueblo

Conformist­a, porque no exige plazas de empleo en vez de un bono de $120. Un pueblo que solo se queja y emite comentario­s desde las redes, en vez de salir a pelear por lo que es nuestro. Egoísta, por las fiestas clandestin­as, peleas de gallos, yates, bodas, etc. ¿Cómo se puede vivir con una conciencia así? Huelgas que afectan al pueblo que sale a trabajar en busca de su sustento. Huelgas en su beneficio propio y no se encuentra en donde en verdad se le necesita. Porque cuando se invita al pueblo a participar en huelgas pacíficas en contra del gobierno, no vemos a ese grupo minoritari­o que cierra calles o a aquellos que se quejan en las redes sociales.

Vacunarse en el extranjero, para luego tomar el puesto de quien estaba programado, según lo que se había anunciado. Creo que, si continuo con esto no terminaré, porque todas las semanas tenemos una polémica nueva y olvidamos la anterior y así hemos vivido toda la vida. Invito al pueblo a tomar conciencia de lo que estamos viviendo y no pensar en que si yo estoy bien, lo demás no importa. Me pregunto si es posible terminar con un régimen comunista como Cuba o Venezuela. Les dejo algunas de mis conclusion­es después de haber leído este documento: (https://www.eltiempo.com/mundo/latinoamer­ica/como-llego-el-comunismo-a-venezuela-57817objet­ivos.) Así llegó el comunismo a Venezuela.

El gobierno no ve la corrupción como un delito, sino como la necesidad de apoderar a todos los simpatizan­tes de la nueva estructura que se está creando. No les importa que se cierren miles de empresas, porque eso forma parte del proyecto, que incluye el empobrecim­iento de esa antigua clase propietari­a y de esa clase dirigente. Donde el hambre, preferiría­n que no pasara, pero no les importa que ocurra. Es el precio para el logro de sus objetivos.

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