Solucion binacional
El Gobierno colombiano insists que la crisis humanitarian en la frontera es un tema que Deben resolver en conjunto con Panama.
Quienes tratan de buscar un futuro mejor en otro país, aunque no haya vías legales para hacerlo, no entienden de aduanas, pero el cierre de fronteras impuesto por la pandemia ha creado más problemas para la migración y causado una crisis humanitaria en la frontera colombo-panameña.
En la última semana se ha informado de entre 10.000 y 15.000 personas represadas en Necoclí, primer punto de la travesía por el Darién, la peligrosa selva que separa a Colombia de Centroamérica.
Este municipio caribeño está en el este del golfo de Urabá y de ahí los migrantes, en su mayoría haitianos, toman lanchas que los llevan al otro lado, a Capurganá, donde emprenden -de la mano de traficantes en la mayoría de casos- la ruta por la selva hasta Panamá, con la intención de llegar a México, Estados Unidos o Canadá.
En meses pasados solían cruzar unos 300 o 400 migrantes dos o tres días a la semana, pero desde hace días las lanchas, con capacidad para entre 50 y 60 pasajeros, hacen varios viajes en los que llevan diariamente a unos 800 migrantes cuatro o cinco días a la semana.
"Es un número que en la historia reciente no se ha visto; el municipio está desbordado y se necesita un plan humanitario binacional entre Colombia y Panamá para poder responder", dijo a Efe la directora para Colombia del Consejo Noruego de Refugiados, Dominika Arseniuk.
Situación empeora
La llegada de migrantes a Necoclí y Capurganá no es nueva. Antes lo hacían por Turbo y Acandí, dos pueblos cercanos, pero desde hace unos años esta ruta es prioritaria.
Las cifras de los que pasan por allí varían según las autoridades panameñas o colombianas, pero coinciden en que en 2020 en medio de la pandemia cayeron drásticamente, antes de volver a dispararse este año.
Hasta 2016, la mayoría eran asiáticos o africanos, pero entre ese año y 2020 aumentó el número de cubanos y desde 2018 predominan los haitianos, muchas familias completas, incluidas embarazadas y bebés, procedentes de Chile y Brasil, donde residían hasta que la situación económica los hizo migrar de nuevo.
Según Migración Colombia, más de 25.000 extranjeros, la mayoría haitianos, han entrado este año al país irregularmente, mientras que Panamá contabiliza más de 32.000 (el 80% haitianos). En 2019, Colombia contabilizó menos de 18.000 y en 2020, 4.000.
"La pandemia ha tenido un impacto impresionante en términos de control migratorio", explica a Efe Donna Cabrera, especialista en migración de la Pontificia Universidad Javeriana.
Lo que antes era un flujo más o menos constante se ha alterado por las cuarentenas o la imposibilidad de usar medios de transporte en periodos de tiempo.
"Estos son factores que están explicando esta variación en lo que se llama pico sobre el tránsito de migrantes al interior de Colombia y particularmente en lo que está sucediendo ahora", asegura Cabrera.